martes, 30 de octubre de 2012

Desorganización y esperanza en el ADDA

Culturamas publica mi artículo sobre el primer concierto de la Temporada ADDA 2012.

Desorganización, frialdad y esperanza en el ADDA
Por José Miguel Ferrer Puche
Presidente de la Asociación Wagneriana de Alicante
Enviado especial al ADDA, temporada 2012-2013

La Asociación Wagneriana de Alicante volvió a tener problemas, una vez más (ya ocurrió con el Festival de Música de Alicante), para conseguir su entrada y poder cubrir el primer concierto de la temporada del ADDA, y eso a pesar de representar también en esta ocasión al periódico La Verdad. Pero a tres horas de iniciarse, y todavía con la incertidumbre de si podríamos o no entrar, recibimos la confirmación de nuestra entrada y, otra vez por los pelos, pudimos acceder, aunque nos ofrecieran, para mi desdicha, una de las peores butacas de la sala sinfónica, quizá la peor en la que me he sentado jamás, y más como crítico. Pero dejemos de nuevo los temas organizativos del ADDA, que no podemos comprender a estas alturas, y vayamos directamente al primer concierto de esta temporada.

Joaquín Achúcarro

     El ADDA abre la temporada concertística con la Royal Liverpool Philharmonic y el gran pianista Joaquín Achúcarro. El pianista vasco, considerado como uno de los mejores del mundo en su disciplina, acompaña a la orquesta inglesa, bajo la batuta del célebre director ruso Vasili Petrenko, en un concierto con obras de Johannes Brahms (Concierto para piano y orquesta número 2) y Dmitri Shostakóvich (Sinfonía número 10).
 
     La Royal Liverpool Philharmonic Orchestra es la orquesta sinfónica más antigua del Reino Unido y la única de este país que es propietaria de su propia sala de conciertos, el Philharmonic Hall, famoso por su excelente acústica.

La Royal Liverpool Philharmonic Orchestra
  “(…) Al empezar a escucharla,
no podía ser otra: Nocturno,
carta a Nahia, una obra para
mano izquierda del místico y
también virtuoso compositor
Alexander Scriabin,
compañero de estudios del
gran Rachmaninov.


     Por su parte, Achúcarro, pianista precoz que debutó a los 13 años de edad, ha adquirido a lo largo de su carrera artística reputación tanto nacional como internacional y ha actuado en más de 60 países, con más de 200 orquestas y a cargo de más de 350 directores.

 
     Brahms comenzó el Segundo Concierto para Piano en la primavera de 1878 y lo terminó en el verano de 1881. El mismo compositor actuó como solista en el estreno, que dirigió Hans von Bülow en Zurich, el 27 de noviembre de 1881. Recordemos que Hans Von bülow había sido un campeón de la música de Richard Wagner y Franz Liszt, y cayó temporalmente bajo el hechizo de la música romántica de Brahms. La obra merece ser escuchada por lo que es, un gran concierto romántico para piano y orquesta. La idea de diálogo, establecida al comienzo con el piano respondiendo al corno francés, constituye la esencia tanto del concierto clásico como del romántico. No es un concierto clásico, no es una sinfonía con piano y no es la rencarnación de un concierto para piano de Beethoven. Es completamente brahmsiano.

     Aunque el concierto no constituye una pieza de exhibición para el piano, como desafortunadamente suelen indicar otros críticos, sí es cierto que el tono de intimidad nunca está ausente demasiado tiempo, Brahms tenía suficiente capacidad para transmitir esta intimidad aun a través de sus figuras pianísticas. A pesar de esto, esta es una pieza que se nos queda corta en cuanto a combinación inventiva y colorido. Sin embargo, la partitura para el piano es variada y extraordinariamente difícil y a menudo pone de relieve el talento puramente físico del solista.

     Al término de la pieza de Brahms, Joaquín Achúcarro y tras ser ovacionado dos veces por su interpretación, susurró al público una pieza de propina, pero un sonido gutural de un niño de unos diez años de edad, sentado tres filas delante de mí y que parecía agitarse inquieto en su silla, junto con mi luctuosa situación de crítico en la penúltima fila de butacas, me impidieron escuchar la pieza pronunciada. Al empezar a escucharla, no podía ser otra: Nocturno, carta a Nahia, una obra para mano izquierda del místico y también virtuoso compositor Alexander Scriabin, compañero de estudios del gran Rachmaninov. Joaquín Achúcarro sí hizo una gran exhibición, en este caso de virtuosismo, al deleitarnos con esta pieza y de la manera que lo hizo.

    Vasili Petrenko supo dirigir la obra con energía, un gran expresionismo y mucha sensibilidad, con una orquesta correcta en esta primera parte.


Vasili Petrenko
“Shostakovich, uno de los
grandes artistas del siglo xx,
sufrió, al igual que otros
creadores rusos –entre ellos
el compositor Prokófiev y el
pintor Malevich–, el embate
del autoritarismo stalinista
que pretendió controlar todo,
incluso las manifestaciones artísticas.”

     Shostakovich, uno de los grandes artistas del siglo xx, sufrió, al igual que otros creadores rusos –entre ellos el compositor Prokófiev y el pintor Malevich–, el embate del autoritarismo stalinista que pretendió controlar todo, incluso las manifestaciones artísticas.
 
     La sinfonía número 10 de Shostakóvich, se trata de una obra profundamente simbólica que, con el tiempo, ha generado numerosos comentarios que la describen como gris, pesimista y oscura. A esta sensación negativa ha contribuido el carácter autobiográfico de algunos momentos de la obra. Es el caso del segundo movimiento, que el compositor explicaba así: “He intentado plasmar la horrible crueldad del asesino de masas –Stalin-“. También dijo: “Quiero conocer los sentimientos y las opiniones del público. En esta obra he pretendido expresar los sentimientos y las pasiones del hombre”. Pues la Royal Liverpool Philharmonic Orchestra, en esta segunda parte, nos dejó una interpretación que nos causó pocos sentimientos, menos gris de lo esperado y con más frialdad que pasión.

Shostakóvich

     Después del primer concierto de esta temporada, y de la rica y variada programación que nos espera en los siguientes, nos queda la esperanza de asistir a mejores noches, sobre todo en cuanto a organización se refiere. Animamos desde aquí a asistir, a todo el que guste de la buena música, a los conciertos de esta temporada del Auditorio de la Diputación de Alicante, pues estamos seguros de que nos esperan grandes interpretaciones. Las obras ya las tenemos.



Para los que prefieran la versión en papel.
 "La Verdad" me publica un artículo del primer concierto de la temporada del ADDA. La Royal Liverpool Philharmonic, con obras de Brahms y Shostakóvich.


Frialdad y esperanza en el ADDA


"La Verdad" me publica un artículo del primer concierto de la temporada del ADDA. La Royal Liverpool Philharmonic, con obras de Brahms y Shostakóvich.
Vasili Petrenko


El ADDA abre la temporada concertística con la Royal Liverpool Philharmonic y el gran pianista Joaquín Achúcarro. El pianista vasco, considerado como uno de los mejores del mundo en su disciplina, acompaña a la orquesta inglesa, bajo la batuta del célebre director ruso Vasili Petrenko, en un concierto con obras de Johannes Brahms (Concierto para piano y orquesta número 2) y Dmitri Shostakóvich (Sinfonía número 10). La Royal Liverpool Philharmonic Orchestra es la orquesta sinfónica más antigua del Reino Unido y la única de este país que es propietaria de su propia sala de conciertos, el Philharmonic Hall, famoso por su excelente acústica. 
     Por su parte, Achúcarro, pianista precoz que debutó a los 13 años de edad, ha adquirido a lo largo de su carrera artística reputación tanto nacional como internacional y ha actuado en más de 60 países, con más de 200 orquestas y a cargo de más de 350 directores. 
     Brahms comenzó el Segundo Concierto para Piano en la primavera de 1878 y lo terminó en el verano de 1881. El mismo compositor actuó como solista en el estreno, que dirigió Hans von Bülow en Zurich, el 27 de noviembre de 1881. Recordemos que Hans Von bülow había sido un campeón de la música de Richard Wagner y Franz Liszt, y cayó temporalmente bajo el hechizo de la música romántica de Brahms. La obra merece ser escuchada por lo que es, un gran concierto romántico para piano y orquesta. La idea de diálogo, establecida al comienzo con el piano respondiendo al corno francés, constituye la esencia tanto del concierto clásico como del romántico. No es un concierto clásico, no es una sinfonía con piano y no es la rencarnación de un concierto para piano de Beethoven. Es completamente brahmsiano. 
     Aunque el concierto no constituye una pieza de exhibición para el piano, como desafortunadamente suelen indicar otros críticos, sí es cierto que el tono de intimidad nunca está ausente demasiado tiempo, Brahms tenía suficiente capacidad para transmitir esta intimidad aun a través de sus figuras pianísticas. A pesar de esto, esta es una pieza que se nos queda corta en cuanto a combinación inventiva y colorido. Sin embargo, la partitura para el piano es variada y extraordinariamente difícil y a menudo pone de relieve el talento puramente físico del solista. 
     Al término de la pieza de Brahms, Joaquín Achúcarro y tras ser ovacionado dos veces por su interpretación, susurró al público una pieza de propina, pero un sonido gutural de un niño de unos diez años de edad, sentado tres filas delante mía y que parecía agitarse inquieto en su silla, junto con mi luctuosa situación de crítico en la penúltima fila de butacas, me impidieron escuchar la pieza pronunciada. Al empezar a escucharla, no podía ser otra: 'Nocturno, carta a Nahia', una obra para mano izquierda del místico y también virtuoso compositor Alexander Scriabin, compañero de estudios del gran Rachmaninov. Joaquín Achúcarro sí hizo una gran exhibición, en este caso de virtuosismo, al deleitarnos con esta pieza y de la manera que lo hizo. 
     Vasili Petrenko supo dirigir la obra con energía, un gran expresionismo y mucha sensibilidad, con una orquesta correcta en esta primera parte. Shostakovich, uno de los grandes artistas del siglo xx, sufrió, al igual que otros creadores rusos -entre ellos el compositor Prokófiev y el pintor Malevich-, el embate del autoritarismo stalinista que pretendió controlar todo, incluso las manifestaciones artísticas. 
     La sinfonía número 10 de Shostakóvich es una obra profundamente simbólica que, con el tiempo, ha generado numerosos comentarios que la describen como gris, pesimista y oscura. A esta sensación negativa ha contribuido el carácter autobiográfico de algunos momentos de la obra. Es el caso del segundo movimiento, que el compositor explicaba así: «He intentado plasmar la horrible crueldad del asesino de masas -Stalin-». También dijo: «Quiero conocer los sentimientos y las opiniones del público. En esta obra he pretendido expresar los sentimientos y las pasiones del hombre». Pues la Royal Liverpool Philharmonic Orchestra, en esta segunda parte, nos dejó una interpretación que nos causó pocos sentimientos, menos gris de lo esperado y con más frialdad que pasión. 
     Tras el primer concierto de la temporada, y de la rica y variada programación que nos espera en los siguientes, nos queda la esperanza de asistir a mejores noches, sobre todo en cuanto a organización se refiere. Animamos desde aquí a asistir a todo el que guste de la buena música a los conciertos de esta temporada del Auditorio de la Diputación de Alicante, pues estamos seguros de que nos esperan grandes interpretaciones. Las obras ya las tenemos. 

viernes, 12 de octubre de 2012

El Periódico La Verdad publica mi crítica musical sobre el Festival de Música de Alicante

Para los que prefieran la versión en papel, aquí podéis ver el artículo original, en un diario, La Verdad, que merece la pena leer.





FMA: PÉRDIDA DE IDENTIDAD Y MUSICOFOBIA

Periódico La Verdad, publicación de José Miguel Ferrer Puche

 

A estas alturas, me escandalizan más los entresijos de la crisis que las polémicas planificadas para llamar la atención 

 

 

El Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) acogió, del 21 al 29 de septiembre de 2012, la celebración del 28 Festival de Música Contemporánea de esta ciudad con 57 obras programadas de 46 compositores diferentes, 15 de ellas estrenos absolutos. El Auditorio, el Teatro Principal, el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert y tres sedes más albergaron los once conciertos programados, así como las charlas y una instalación.

Como en la edición 2011, la Orquesta Nacional inauguró la muestra bajo la dirección de Rubén Gimeno (Valencia, 1972), quien preparó dos conciertos fuera del repertorio habitual, con un estreno absoluto, la Elegía concertante del bilbaíno Joseba Torre (1968), que puede ser interesante como «punto de partida», tal y como califica el propio autor a su lirismo.

El director de la Birmingham Contemporary Music Group, el compositor Oliver Knussen, tomó la batuta en tres de las piezas que se pudieron escuchar durante la noche del 23 de septiembre. La primera fue una de su propia autoría, Ophelia Dances (estreno en España). Knussen pasó sin pena ni gloria, como sus mismas composiciones y, a pesar de ser la estrella del día, fue estrella fugaz y se disolvió en un derroche de energía y patrocinio que bien podría haberse dedicado a compositores alicantinos de muy superior valía, que no ven la forma de estrenar sus obras… Homage to Picasso (2010), de Benet Casablancas, tuvo momentos de viveza musical, salvando en parte la noche.

Ha habido variedad, pero escaso nivel. La Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza (OCAZ), se presentó con 16 miembros solistas y fue dirigida por Juan José Olives. El cuarteto Diotima presentó cuatro obras, de las cuales Lurralde de Ramón Lazcano y Cuarteto nº 4 de Thomas Simaku fueron estrenos absolutos en España.

Otro día también tuvimos la oportunidad de escuchar al grupo de solistas del Ensemble Modern (EM) y obras de autores de finales del siglo XX y XXI. De entre todas estas piezas, tan solo el trío para violín, trompa y piano del magistral György Ligeti, se salvó del abucheo.

Como contrapunto a esta crónica trazar un recuerdo de este que es posiblemente el verdadero y más grande compositor del siglo XX, quien visitó este festival de música cuando todavía conservaba la sigla de 'contemporáneo', antes de perder sus siglas de identidad. Ligeti no solo ha sido maestro en el desarrollo, la textura, la composición, sino que llevó la ampliación de los horizontes de la armonía a un mundo extraordinario, poético y lleno de descubrimientos. Nadie puede colgarse en el pecho la medalla de 'moderno' con más honor y dignidad que Ligeti.

Durante los últimos días del Festival de Música de Alicante hemos asistido a un programa, sobre todo el del viernes 28 de septiembre de 2012, de esos de los que no pueden faltar en esta clase de aquelarres sobre 'lo contemporáneo'. Ser pianista y extravagante animal escénico, junto a advenedizo de políticos, le ha valido al señor Carles Santos una carrera basada en escandalizar, como intentó con su Maquinofobia pianolera. ¿Para qué financiar con dinero público semejantes esperpentos? Solo gracias a políticos culturales, de los que han estudiado derecho y a su vez no suelen tener la menor idea de aquello que gestionan, sea música, arte o literatura; con mecenas como los Wesendonk, que pagaron muchos años de manutención y deudas a Wagner, logramos una obra como 'Tristán e Isolda', y benditos sean los Wesendonk con todos sus complejos de época y de clase… Pero para llevar adelante obras de Carles Santos la gente cultivada, con gusto, con conocimiento, no sirve: hacen falta nuestros maravillosos políticos de la cultura, esos hombres trajeados que se dedican a salir en los periódicos y a vanagloriarse con palabrerías de frescor financiero.

A estas alturas ya del siglo XXI, me escandalizan mucho más los entresijos de la crisis económica, con sus aberraciones bancarias, que estos escándalos hechos a mano y a máquina, estos escándalos planificados, estos escándalos diseñados, a fin de cuentas, para llamar la atención y que ya no llaman la atención de nadie, solo la vergüenza de lo que se hace con el dinero público.

El balance final del FMA es, desgraciadamente, el de un cierto fiasco que se desliza poco a poco y que se lee (y se oye) entre líneas, un signo de la cultura de nuestro tiempo: el de la decadencia. La facultad de los grandes compositores de siglos anteriores residió, además de su talento netamente musical, en codificar la filosofía, la emoción, la pasión con la que existieron, y esto ha quedado registrado en el código genético de su música. Precisamente por ello a fecha de hoy el público sigue reclamando esas configuraciones sonoras que llamamos música. Sin embargo, con el siglo XX llega la especulación con el arte, los medios de masas, la popularidad barata, la carencia de sentido cuando el sentido sólo parece ser llamar la atención. Lo más triste de este derroche de dinero publico es el hecho de que el público no está interesado en lo que se le ha ofrecido, luchando para no sucumbir a la musicofobia que parece proponernos el desatino de los tiempos.

 

Interview with Artur Balder, director of Little Spain

Artur Balder, director of the yet to be released documentary Little Spain, granted us this exclusive interview.

How was the idea to make Little Spain born?
I came to NYC with a student visa for the Herbet Berghof Studio. I lived at 100th st. and Broadway, took the subway everyday and got off at 14th st. and 8th avenue. I would walk west to the Meatpacking District, and once there turn South to Bank st. to get to HB Studio. I had to take that route everyday, and took notice of the Spanish and U.S. flags together in an old building. One day I went inside and met Robert Sanfiz, who was at that moment the secretary of the Spanish Center, and he told me the story about the building and the Spanish immigration in the west side of Chelsea. In that moment, I realized that it would be really interesting to make a documentary that would collect historically relevant testimonies, interviews and old photographs that would show that story.

Did you find things that you didn't expect at all?
Once Robert Sanfiz got the permit from the manager of the building to allow me to live in apartment #1 of the building on 14th street for one year, I spent that time researching. Some people interviewed in the documentary were merchant marines that arrived to NYC in the 60´s and settled in Chelsea, when in that moment a Spanish community was flourishing. In most of the cases it was people who came fleeing Franco´s Dictatorship.

How did Spanish people living in NYC 60 years ago treat each other?
They were, in many ways, much more supportive than the Spanish of today. They could further support each other, which is no longer true today. They thrived in small communities, that were like a composition of Spain disseminated in Manhattan. The flavors and sounds, dances, were more often evoked, treated like cultural roots and a love to the lost land, and not as a product of exportation.

How did they change through the years?
These generations have changed, and, at least in regard to the Spanish concentration on West 14th Street, replaced by immigrants from Central America, the Caribbean and South America. Back in the 90s the Spanish community was almost extinct. I believe that the new Spanish emigrants of today have lost a port of entry in a major city like New York.

Have you been able to meet some of the people who you found in the files of La National?
We received emails asking about relatives who lived in the area, but the real mission of the documentary was to document the history of an immigrant community, exposing its ups and downs, not specific people.

What is the funniest thing that you found? And the saddest?
I don´t remember anything particularly funny, I found the documentary something rather serious. The saddest thing was seeing how some people tried to pressure Robert Sanfiz to appear in the documentary themselves for their own personal gain. These were characters that were not relevant documentary or testimonials whatsoever, as the current manager of the restaurant called "La National", on the ground floor of 239 West 14th Street. The Spanish Center survived mainly by renting this place to the restaurateur called Lolo Manso. Therefore, when he heard about the documentary, Lolo contacted me for an interview, and pressured others to do so. I´m glad that I stayed true to the original idea of the documentary, and I never gave in to this kind of pressure. For this and other reasons I consider that my work will stand the test of time, indeed, because it's based on history and old photos acquired by the producer that haven't been seen anywhere else. I think that this will be an indispensable part of the history of Spanish immigration and history of New York, a city made of migrants. Another sad moment came when we wanted to interview James Fernandez, a researcher who was very close to the Spanish consulate in NY. It was surprising to find that Mr. Fernandez had no interest in participating in the documentary, and then I realized that most of the scholars interested in this story only worked for his personal glory, leaving the common interest in history in the background. Finally, I realized that emotions narrated in first person were of greater value than studies made in offices at the King Juan Carlos Center...

Did you find any support in the Spanish institutions?
The Spanish Center supported the project, thanks especially to the good sense and overview of Robert Sanfiz, who arbitrated with the board to allow me go into the archive of 239 w 14th st, and for allowing me to live in the building. And the importance of rescuing these historical memories was especially appreciated by American institutions. The Spanish Center is an American institution, not Spanish. Spanish institutions, however, have always remained indifferent to the history of Spain, which does not impress me given the current sociopolitical situation of my country. At that time, Fernando Villalonga was the General Consul of the Kingdom of Spain in New York, and was interviewed about immigration for my project. Now Fernando Villalonga is responsible for the culture area of the municipality of Madrid. After proposing an exhibition to him with the files posted in the documentary, especially the part which was acquired from private collections during my research, Villalonga's office contacted me personally to tell me that "Don Fernando didn´t want to feel connected with New York in this new period of his career". I never understood what they meant with that phrase, but Spanish people lost a great opportunity to take a look at this account of Spanish emigration, that involved everybody, Catalans, Galician or Valencian.

What about support from Spanish government here in NYC or in Spain?
Something similar happened with the consul for cultural affairs in New York. Inigo Ramirez de Haro, I had a meeting with him after which neither him nor the offices that depend on it, theoretically dedicated to the Spanish culture in the U.S., made contact with us. Yes, I know that Ramirez de Haro proudly displayed promoting the saga "Torrente" in Tribeca theaters in NY. For this kind of movies they lay hold of public money. I like Santiago Segura and he deserves my professional respect, of course, but here the question is what are the priorities of a culture consulate. Tension exists because many people want to see the documentary about Little Spain, while their managers feel abandoned by the Spanish authorities in New York. I guess it's a reflection of Spanish politics, but I understand and respect the point of view of producers, who have not received any funding except that of private sources to carry out a project that clearly deserves attention from the Spanish authorities. Spanish institutions in NY and USA are more concerned with creating brand, basically, to protect big business interests, but it has no interest on historical memory and genuine culture.

What about the issue of the documentary in Spanish TV?
That's another interesting point: RTVE, television and national radio in Spain, has no budget in the last years. Naomi de Cabo, responsible for acquisitions of documentaries for the public TV, has said repeatedly that she wants to issue Little Spain, but the current circumstances don´t allow it. The Spanish audience is now more vulnerable than ever about cultural issues. It doesn’t matter what the audience wants to see, whether photos or documentaries, the responsible people for this effect, politicians and senior officials, have other interests. And the subject of historical memory in Spain is problematic. Most of the protagonists of Chelsea's Little Spain in the 50s were Republicans in exile.

How did you feel living a whole year in La National?
It was an unforgettable experience. Robert Sanfiz is a charming person who really wanted the Spanish people in New York more united. He found many bumps in the road, but he gave a lesson on morals and integrity defending our project at all times, he also appears as one of the interviewed. Moreover, it´s true that this corner of Manhattan has a special flavor, although it has almost lost the scenario. In the times in which I resided there, the building still was old and had a special aura that has now been extinguished with successive and necessary reforms. Similarly, the old press kiosk on the southeast corner, intersection of 14th Street and 8th Avenue, was still the original. A few weeks ago I saw that they had already replaced it with a brand new stainless steel one that completely alters the urban landscape. I'm glad I recorded these details before they disappeared. I think the documentary has been able to capture that environment.

Did it have any influence in your personality or your subsequent work?
It's a great project, I feel lucky to have led the two documentaries that form the series. I think it was important on a professional level but also on a personal level. Everything is a reflexion about "the Spanish", with their dark sides and light sides, and that teaches you to know yourself. It's a shame that the Spanish idiosyncrasy has a strong tendency of disunity and Particracy.

Do you have distribution for your film? Can we see it soon somewhere?
That is something the producers should answer, they are the owners of the documentary. But for now I don't know anything about an upcoming première primarily due to the tensions between the producers and the Spanish institutions in NY.
For more information visit:


martes, 9 de octubre de 2012

Musicofobia

Musicofobia en el Festival de Música de Alicante 2012
Por José Miguel Ferrer Puche
Presidente de la Asociación Wagneriana de Alicante
Enviado especial al FMA 2012


Durante los últimos días del Festival de Música de Alicante hemos asistido a un programa, sobre todo el del viernes 28 de septiembre de 2012, a lo que no podía faltar en esta clase de aquelarres sobre “lo contemporáneo”. Ser pianista y extravagante animal escénico, junto a advenedizo de políticos, le ha valido al señor Carles Santos una carrera basada en escandalizar. Personalmente, a estas alturas ya del siglo XXI, me escandalizan mucho más los entresijos de la crisis económica, con sus aberraciones bancarias, que estos escándalos hechos a mano y a máquina, estos escándalos planificados, estos escándalos diseñados, a fin de cuentas, para llamar la atención y que ya no llaman la atención de nadie, solo la vergüenza de lo que se hace con el dinero público.

Maquinofòbiapianolera

     Durante el siglo XX llegó la hora de especular con todo, también con el arte. Carles Santos es el más claro ejemplo de lo que es hacer carrera a base de chupar la sangre a una estética exangüe, la de la especulación escénica y sonora. En una sociedad con una cultura musical en decadencia, era de esperar que el escándalo programado, que trabajar para el escándalo, tenía que dar algún fruto. Porque pretender crear belleza y codificar con sonidos la filosofía, el pensamiento o la pasión, valores que están garantizando la reutilización de la música de siglos anteriores, especialmente del XVIII y XIX, requieren verdadero talento musical, el que todos reconocemos, nos caiga mejor o peor este o aquel compositor. Esta absoluta carencia de ideas es lo que subyace tras la obra completa de Carles Santos. Una carrera diseñada para hacerse sobre la nada de nuestro tiempo. No hay que estar tan loco como se lo hace en escena, es solo un disfraz: porque para ser la proposición del PSPV como vocal del Consell de Cultura Valenciano hay que echar muchas horas “de partido”, no hay que estar loco. Hay que dedicarse en cuerpo y alma a quedar con unos y con otros, a fumar y beber mucho para maquinar toda la plataforma de influencias que lo convierten a uno en eso, un enchufado sin talento que termina por ser vocal del Consell de Cultura en el año 2012. Eso es signo de la profunda decadencia que sufre en muchos aspectos la sociedad moderna en general y en concreto la Comunidad Valenciana. Quizá debido a este gasto de energía que hace el señor Santos en política consigue estar enchufado en festivales en los que, precisamente por la falta de tiempo y talento, tiene que mostrar obras que no le interesan a nadie, salvo (quizá) a su ego, estupideces que solo suponen un insulto a los ciudadanos, a los contribuyentes, a los miembros de una sociedad maltratada por el despilfarro y la chorrada descabellada.

Rosa María Molleda Clara
Coordinadora del Festival de Música de Alicante 2012

“Ser pianista y extravagante animal
escénico, junto a advenedizo de
políticos, le ha valido al señor
Carles Santos una carrera basada
en escandalizar (…)”



     El espectáculo prestado por el señor Santos al festival alicantino era una estruendosa guerra contra la maquinaria de una fábrica de galletas desmantelada. Pistones, electroválvulas y motores de naves espaciales eran los buques insignia de la flota de ruidos. Desgraciadamente sin acabar lo que parecía proponerse, Carles se daba de testarazos contra un piano que sufrió en el proceso la pérdida de alguna de sus teclas. Lástima, que en lugar de las teclas no se rompiera otra cosa.

    CaboSanRoque lleva diez años sacando música de instrumentos creados a partir de objetos tan variados y comunes como lavadoras, máquinas de coser, grapadoras, puertas chirriantes y demás, alguno de ellos encontrados en los mismos contenedores de basura de nuestras calles, y también sacando subvenciones para poder estrenar tan alucinantes elucubraciones sonoras, porque de lo contrario, ¿Cómo financiar semejantes esperpentos? Sólo con políticos; con mecenas como los Wesendonk, que pagaron muchos años de manutención y deudas a Wagner, logramos una obra como Tristán e Isolda, y benditos sean los Wesendonk con todos sus complejos de época… Pero para llevar adelante estos esperpentos contemporáneos la gente cultivada, con gusto, con conocimiento, no sirve: hacen falta nuestros maravillosos políticos de la cultura, esos hombres trajeados que se dedican a salir en los periódicos y soltar paridas como los caballos sueltan bostas.

Carles Santos, vocal del Consell de Cultura de La Comunidad Valenciana 2012

Confrontar un instrumento tan noble como un piano, con un ingenio mecánico controlado por ordenador y exento de todo tipo de sensibilidad o sentimiento, me parece una nueva tontería sobre la que se podrían sacar variaciones sin fin, y estoy seguro de que Santos y los suyos, mientras tengan subvenciones para financiarlo, nos mostrarán esas variaciones. Como espectáculo, habría ganado más mostrando poco a poco los distintos instrumentos de la máquina, sin embargo, a solo un minuto del comienzo, esta se puso a rugir con fervor. No me extrañó que en el minuto dos se marcharan varias personas de la representación presas del pánico. Al final, máquinas que fabrican dinero, máquinas que pagan objetos y máquinas que nos hacen “música”, que se llama así solo porque ellos se empeñan en eso, porque eso ya no es música, sino ruido y, una vez más, bajo su capa de complejidad “teórica” la ocultación de un objetivo tan simple como lamentable: las ganas de un chico con complejos de llamar la atención en clase.

Solistas del Ensemble Modern
  (…) musikanten perdidos en busca
de sonidos sin significado, donde
nadie parece haber comprendido
el concepto de estructura, ni el de
profundidad, que nos deja como
desenlace un sabor agrio y los
tímpanos horrorizados y
profanados (…)”

 
Otro día también tuvimos en Alicante la oportunidad de escuchar al grupo de solistas del Ensemble Modern (EM) y obras de autores de finales del siglo XX y XXI. El grupo fue fundado en el año 1980 y están establecidos en Frankfurt; dicen que es uno de los más destacados grupos de cámara de Europa y en la actualidad consta de 19 solistas de ocho nacionalidades diferentes. Y precisamente y quizás aquí reside el problema, ¿qué significado tiene el término solistas? ¿Cuántos han de ser? A la vista de las obras programadas, vienen sólo ocho solistas de los diecinueve: los necesarios para piano (y clavecín), oboe, clarinete, trompa, trompeta, violín, viola y violonchelo. Un concierto de cámara que es más bien de “mini-cámara”: de sus seis piezas, una sola para cuatro intérpretes. Y de entre todas ellas, tan solo el trío para violín, trompa y piano del magistral György Ligeti, se salvó del abucheo. Como contrapunto a esta crónica trazar un recuerdo de este que es posiblemente el verdadero y más grande compositor del siglo XX. Ligeti no solo ha sido maestro en el desarrollo, la textura, la composición, sino que llevó la ampliación de los horizontes de la armonía a un mundo extraordinario, poético y lleno de descubrimientos. Si obviamos su sentido del humor, su “música pura”, su música de cámara, su obra vocal dedicada a las melodías que compusieron el tejido melódico tradicional de su tierra, nos sitúan ante lo inevitable: la plataforma del nacionalismo musical del que surge un compositor universal. Nadie puede colgarse en el pecho la medalla de “moderno” con más honor y dignidad que Ligeti, mientras que otros escandalizan con basura pagada con dinero público llevando la cultura al borde mismo de la extinción por aburrimiento, por falta de gusto, y ante todo, por falta de talento. Porque, como apuntaba, para que gente como Santos haga carrera con semejante bagaje sin valor alguno, es necesario estar enchufado, y el enchufe institucional en el mundo de la música clásica significa que esas atrocidades que nos hacen sonreír en el mejor de los casos, se hacen a costa de dejar en el olvido a quienes se toman la composición y la música como algo serio, poderoso, profundo y ligado a la humanidad.

György Ligeti

“Ligeti no solo ha sido
maestro en el desarrollo,
la textura, la composición,
sino que llevó la ampliación
de los horizontes de la
armonía a un mundo
extraordinario (…)”
     
     En resumen, este festival, que ha perdido por el camino las siglas de identidad y ha dejado de llamarse “contemporáneo”, ha sido el fiasco final, sin verdaderos compositores comprometidos con ideas, sino musikanten perdidos en busca de sonidos sin significado, donde nadie parece haber comprendido el concepto de estructura, ni el de profundidad, que nos deja como desenlace un sabor agrio y los tímpanos horrorizados y profanados por el estupor del ruido sin más. Se espera un cambio de rumbo y sobretodo “criterio profesional” y “conocimiento” por parte de quienes se gastan el dinero público en chorradas campestres como las que hemos tenido que soportar, con la penuria de que quienes lo organizan, posiblemente, consideran imbéciles a los oyentes. No todos lo somos… no conseguirán causarnos la musicofobia a quienes la amamos, la comprendemos y estamos preparados para distinguir al genio de la tomadura de pelo.

 

Un festival sin identidad concreta

La Asociación Wagneriana en el Festival de Música de Alicante:
Un festival sin identidad concreta
Por José Miguel Ferrer Puche
Presidente de la Asociación Wagneriana de Alicante
Enviado especial al FMA 2012



Con un presupuesto de 485.000 euros, el Festival de Música de Alicante 2012 ha sufrido un 17% de tijeretazo con respecto a la edición del año pasado debido a la crisis, algo que hemos notado, no tan solo en la coordinación y organización del mismo, sino en la desaparición por ejemplo del Encuentro Profesional que reunía a autores, editoriales, grupos, etcétera. El Gobierno veta la creación de una fundación que gestione en conjunto los festivales de Alicante en torno a la creación contemporánea (Festival de Música y Muestra de Teatro), y lo hace vetando los estatutos de la fundación por medio del Ministerio de Hacienda, que entiende que la misma generaría más gastos por su infraestructura, aunque ¿qué podemos esperar cuando el mismo Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, habla de la cultura como un mero “entretenimiento”, un pasatiempo? Cuesta entender que no tengamos dinero para nuestra cultura y sí tengamos por ejemplo cien millones de euros para un tranvía Alicante-San Vicente que supone otra fatigosa hipoteca para los ciudadanos.


Benet Casablancas



“Homage to Picasso (2010),
de Benet Casablancas, constituyó
la primera incursión del autor en
el género concertante y tuvo
momentos de viveza musical, (…)”







     Pero no solo sufrimos los estragos de la crisis en los recortes, sino que desde hace tres campañas, en el festival perdimos también siglas y con ello parte de su identidad: quedó eliminado el término “Contemporánea”, cuando siempre lo fue e imagino que seguirá siéndolo; como si un experto cirujano, deseando eliminar quizá el origen de la poca afluencia de púbico a los festivales de música contemporánea, hubiera intentado seccionar con bisturí cierta tumoración ya neoplásica. Perdemos pues identidad pero también calidad y público.
 
    Dejemos la sala de operaciones y pasemos a lo realmente interesante: el festival de Alicante y la música. El director de la Birmingham Contemporary Music Group, el compositor Oliver Knussen, tomó la batuta en tres de las piezas que se pudieron escuchar durante la noche del 23 de septiembre. La primera fue una de su propia autoría, Ophelia Dances (estreno en España), compuesta en 1975. Los escritos sobre chamanismo de Carlos Castaneda y los seres míticos ayudaron a dar forma al concepto de Nature (2012), de Tansy Davies (estreno en España), segunda obra que dirigió Knussen. Y la tercera fue Dove of Peace. Oliver pasó sin pena ni gloria, no falla la dirección, sino la misma composición, las obras, el talento, pero no hay más presupuesto y a pesar de ser “la estrella del día”, pasó fugaz y se evaporó en un derroche de energía y dinero.
 
    Homage to Picasso (2010), de Benet Casablancas, constituyó la primera incursión del autor en el género concertante y tuvo momentos de viveza musical, salvando en parte la noche.

Grupo Enigma (OCAZEnigma)

      La Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza (OCAZ), conocida coloquialmente como “Grupo Enigma” u OCAZEnigma, se presentó con 16 miembros solistas y fue dirigida por Juan José Olives. El programa incluyó dos estrenos absolutos y dos obras más: Septeto en dos movimientos de Carles Guinovart (Barcelona, 1941); Sinfonía de cámara de Jesús Villa-Rojo (Brihuega, 1940) son los estrenos. Y Variations and Finale (1958) para diez instrumentos, de Humphrey Searle (1915-1982), probablemente la mejor obra de cámara de su producción, de 18 minutos. Finalmente, Sinfonietta(1932) de Benjamin Britten (1913-1976) para diez instrumentos, de 15 minutos de duración. En resumen, calidad e interpretación bastante aceptables.


Cuarteto Diotima
      El cuarteto Diotima presentó cuatro obras, de las cuales Lurralde de Ramón Lazcano y Cuarteto nº 4 de Thomas Simaku fueron estrenos absolutos en España. Pudimos escuchar después Silent Flowers de Toshio Hosokawa y Cuarteto nº 4 de Arnold Schoenberg. Sus programas están caracterizados por un profundo compromiso con la música de nuestro tiempo, alternando con este repertorio contemporáneo el tradicional clásico y el romántico para cuarteto de cuerda; sin duda habríamos disfrutado más de su lado clásico, hacia el que quizá deberían dirigir más sus esfuerzos, y podíamos haber prescindido totalmente de los estrenos que resultaron de poco interés.
 
     Pobre, muy pobre la programación del bloque intermedio del festival del que esperábamos muchísimo más; a falta tan solo de la clausura del mismo podemos decir que la falta de público y calidad de composición han hecho acto de presencia conforme hemos avanzado en el festival y, como no, van de la mano.


lunes, 1 de octubre de 2012

La revista "Requiem amb Ria" publica un segundo poema

José Miguel Ferrer escribe un poema “A Laia”

 

                                               A Laia

 

 A Laia canto con mi amor
Dulces notas de violín
Que ni arrancadas de mi corazón
Más pudiera yo pedir,
Dulces notas de mi sentir,
Ánima de mi pasión,
Lágrimas que no tienen fin,
Ese soy yo, y ella… Una flor.
 
                                             
                                  José Miguel Ferrer Puche
 
 
 

La Asociación Wagneriana en el Festival de Música de Alicante

Desconcierto en el Festival de Música de Alicante

Por José Miguel Ferrer Puche
Presidente de la Asociación Wagneriana de Alicante
Enviado especial al FMA 2012


El Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) acoge, del 21 al 29 de septiembre de 2012, el 28 Festival de Música Contemporánea de su ciudad con 57 obras programadas de 46 compositores diferentes, 15 de ellas estrenos absolutos. El Auditorio, el Teatro Principal, el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert y tres sedes más albergarán los once conciertos programados.

     Junto a La Orquesta Nacional de España (ONE), que ofrecerá dos conciertos, y La Joven Orquesta Nacional de España (JONDE) con su Academia de Música Contemporánea, con tres conciertos programados, en la presente edición figuran en el cartel otras formaciones como el Birmingham Contemporary Music Group dirigido por Oliver Knussen (con obras de Knussen, Tansy Davies, Philip Cashian y Benet Casablancas), los solistas del Ensemble Modern (con obras de Luciano Berio, György Ligeti e Isang Yun, entre otros), el Sax-Ensemble (con José Luis Temes al frente y obras de Xavier Montsalvatge, Luis de Pablo, Benet Casablancas y Tomás Marco), el Cuarteto Diotima (obras de Ramón Lazkano, Thomas Simaku, Toshio Hosokawa y Arnold Schoenberg), o el grupo OCAZEnigma que dirige Juan José Olives.  

     Me gustaría, hablando de la coordinación de este año, mencionar una curiosa anécdota acontecida en los primeros días del festival. Como medio de comunicación, siendo corresponsal de Culturamas para el FMA y en calidad de Presidente de la AWA, se solicitaron entradas para cubrir el festival a coordinación: no hubo respuesta. Tras algunas comunicaciones telefónicas pudimos estar en el festival presuntamente, y digo porque cuando se presentó la Asociación Wagneriana no había entradas reservadas; me hizo gracia que después de pelearlo, se me hiciera entrega de una invitación que iba dirigida a Eneas Ferris, periodista de otro medio, me pregunto si pudo asistir… Pero seguíamos sin estar invitados al resto de conciertos como se nos aseguró en un primer momento. Después del concierto puede hablar con Rosa María Mollado, coordinadora del Festival, la cual me propuso llamar a la habitación de un hotel cada día que deseara ir a cubrir el festival; me pregunté qué tipo de organización era esta, pero lo descubrí cuando al llamar al día siguiente a dicha habitación no había nadie… Finalmente y después de estar toda la mañana intentando comunicar con alguien, dimos con una chica de prensa muy simpática que se prestó a pasar nuestras peticiones a la mujer del pelo verde y azul; y por fin, aunque de nuevo por otro solo día, la Asociación pudo estar en el festival.




     Pero pasemos al auditorio, al festival y al concierto. El auditorio, obra del arquitecto Juan Antonio García solera, tiene una acústica bastante aceptable, aunque adaptada a la inversión y gasto público que ha supuesto. 

     Como en la edición 2011, la versátil Orquesta Nacional inauguró la muestra con la dirección de Rubén Gimeno (Valencia, 1972). Rubén se preparó dos conciertos fuera del repertorio habitual, con un estreno absoluto, la Elegía concertante del bilbaíno Joseba Torre (1968): en esta obra, el compositor trenza un persistente diálogo entre grupos y solistas de la orquesta,  hilvanado por las voces de dos saxos enfrentados antifonalmente en el conjunto, una partitura cargada de fuerza, pero dotada de un lirismo que el propio autor establece como “punto de partida”.



Dentro del catálogo de Olivier Messiaen, tuvimos Las ofrendas olvidadas de 1930 y el Concierto a cuatro de 1991, que se fusionaron como un brillante acierto de programa; Gimeno las tradujo correctamente, secundado en la última por tres primeros atriles de la ONE –Sotorres en la flauta, Silla al oboe y Quintana con el violonchelo- y Juan Carlos Garvayo como vigoroso pianista. De ecos y sombras del compositor Cristóbal Halffter fue estrenada en 2009 por la propia Nacional; la palpitante energía de la pieza sigue intacta. Alqibla (1998) de José María Sánchez Verdú, que oscila entre el susurro –de los propios instrumentistas– y la contundencia orquestal, en Alicante recibía su segunda interpretación española. Gimeno gustó un segundo día a la audiencia con la obra más «vieja», la Sinfonía nº 1, Jeremías de Leonard Bernstein, expuesta con pasión. Esperamos y deseamos que el resto del programa del festival esté a la altura de lo que hemos visto hasta ahora.