jueves, 29 de noviembre de 2012

Apoptosis cultural alicantina (I)

Artículo vetado por Diputación de Alicante a la revista electrónica Culturamas mediante amenazas.


El segundo concierto de esta temporada del ADDA nos ha traído a la Hungarian Symphony Orchestra, dirigida por András Keller. También hemos podido escuchar al solista violín Maxim Fedotov. Y digo escuchar en el sentido literal, porque, al menos yo, no pude ver. Nos parece absolutamente lamentable que la Diputación de Alicante, que en conciertos anteriores había acreditado a nuestra querida revista Culturamas -para cubrir el Festival de Música de Alicante- haya decidido por medio de su Gabinete de Comunicación, y en concreto por medio de la actual Jefa del Gabinete Ana Jover Sapena, cerrar las puertas a este medio de comunicación tan libre e independiente, un medio de alcance nacional y no solo local, no concediéndonos esa acreditación; pero por supuesto, lo que no podrán evitar es que lo cubramos, que es, al parecer, lo que la Sra. Jover en realidad quiere. Como decía Chanquete, “no, no nos moverán”, y tampoco nos dejarán fuera.

Hungarian Symphony Orchestra


     La experta musical que suele acompañarme a los conciertos y con quien intercambio opiniones, amistad y crítica, pudo finalmente entrar por sus medios y sentarse en una butaca decente, sin embargo yo no tuve tanta suerte, y es en este punto donde me gustaría compartir una divertida anécdota. Llegué a la sala sinfónica exultante tras comprobar que esta vez me había sido asignada la fila 3 del patio de butacas, por lo tanto me dirigí a mi lugar, pero me encontré a una persona mayor sentada en mi sitio. Al preguntarle me requirió mi entrada y tras analizarla y con una sonrisa taimada me dijo: “¿Pero sabe usted dónde le han sentado?, me temo que en uno de los últimos palcos”, en ese momento no pude evitar comprobar que se trataba de un representante de otro medio de comunicación por las inscripciones del sobre de su acreditación, por lo tanto subí con resignación a la zona de palcos y al encontrar el mío, vi a una pareja de mediana edad sentada en la primera fila y volví a preguntar, la respuesta no pudo ser más divertida: “Oiga, le prometo que hace dos minutos hablaba con mi mujer sobre si habría algún lugar peor en todo el Auditorio, puesto que desde aquí apenas vemos un cuarto de la escena y llegamos a la conclusión de que el peor de todos es este palco, el número 3, y dentro de este palco el peor lugar sería la última fila, menos mal que estamos en la primera…”, mi respuesta fue: “Gracias señores, yo estoy en esa última fila”.


Juan Bautista Roselló Tent, actual Diputado de Cultura
Juan Bautista Rosello Tent,
actual Diputado de Cultura
sin formación
alguna específica
para el cargo que ocupa.
Le siguen polémicas
sobre campos de golf
en Benissa.



     La moraleja ya la tienen, ese gabinete de prensa que lleva Ana Jover Sapena, no admite protocolo ni hay un lugar asignado para los medios de comunicación como el nuestro. La próxima vez temo que se me asigne una butaca fija de espaldas al escenario y frente a un muro, pues, ahora sí, no puede ser peor.

Enrique Ortiz y Sonia Castedo


Enrique Ortiz, dueño del
70% del suelo alicantino,
en brazos de Sonia Castedo,
alcaldesa de Alicante, 
imputados en el Caso Brugal
por  presuntamente amañar el plan
general de urbanismo
de Alicante




     Y es que vivimos en una sociedad exenta de valores, donde los escándalos políticos y de todo tipo siguen acuciándonos, y ya a estas alturas nos hacen sentir impotentes, ajenos a un gobierno que maquiavélicamente  sigue expandiendo sus oscuros tentáculos en la Comunidad Valenciana. Cuando una ex periodista, como lo es Ana Jover Sapena, se convierte en directora de un gabinete de comunicación de una diputación como la alicantina, hoy en día tiene muy claro que lo que importa es “la pasta”, y a cambio de esa pasta saben muy bien que hay que dedicarse a toda clase de miserias, subterfugios e indignidades profesionales con el único objeto de poner taparrabos a las desvergüenzas de los políticos de turno. No sorprende, por supuesto, que el actual concejal de cultura, Juan Bautista Roselló Tent, a cuyas órdenes funcionan estas cosas, sea un político sin formación específica para el campo de las artes. De hecho, a juzgar por los escándalos que tuvo que soportar bajo su mandato la alcaldía de Benissa, cuando Roselló quiso construir a todo trapo “otro campo de golf” y la ciudadanía le montó piquetes, lo suyo debería ser el área de urbanismo de la diputación, y no la de cultura, donde es un cero a la izquierda.

   Antes de entrar valorar el concierto, decir que hemos echado muy en falta un buen programa de mano, y no un mini folleto como se entrega, una ausencia que venimos notando desde la fundación de la casa de conciertos, no sabemos si motivada por los tiempos de crisis en los que vivimos o por el descuido de una organización que no se molesta en solicitar su realización a nadie, pero es evidente que da una imagen al público muy empobrecida de la representación musical, un púbico que también en crisis, no olvidemos, paga su entrada. Al respecto, sacando números, el comisionado e impresión de un programa de mano digno para cada concierto de la temporada habría costado alrededor de 200 euros por unidad, lo que, con un total de 10 conciertos significaría unos 2.000 euros. Mucho menos -muchísimo menos- de lo que cobra el diputado de cultura de Alicante cada mes, sin contar dietas, desplazamientos y otras muchas gaitas sufragadas, o de lo que cobra la Sra. Jover Sapena, y todo eso a cambio de no tener una formación específica y concreta para llevar correctamente el área de cultura… Esto es la política cultural española, y especialmente la alicantina. Así pues, a falta de recortes de verdad donde debiera haberlos, no hay programa de mano en la sala de conciertos de Alicante. Pero Alicante, ya lo sabemos y es de fama nacional, es un lugar peculiar donde su gobierno mantiene como alcaldesa a una política imputada desde hace años, y en el que se gastan 300 millones de euros en unos estudios de cine que sólo han servido para engrosar las arcas de los constructores bien avenidos con quienes ponían en marcha semejantes gilipolleces. Sí, gilipolleces…

Francisco Camps en La Ciudad de la Luz

Francisco Camps en los
malogrados estudios
Ciudad de la Luz, Alicante,
un agujero de 300
millones de euros




    Este artículo continuará este próximo sábado con una segunda parte “Apoptosis cultural alicantina-II” donde analizaremos el concierto en profundidad, un concierto que no tuvo desperdicio.



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