Un festival sin identidad concreta
Por José Miguel Ferrer Puche
Presidente de la Asociación Wagneriana de Alicante
Enviado especial al FMA 2012
Con un presupuesto de 485.000 euros, el Festival de Música de Alicante 2012 ha sufrido un 17% de tijeretazo con respecto a la edición del año pasado
debido a la crisis, algo que hemos notado, no tan solo en la
coordinación y organización del mismo, sino en la desaparición por
ejemplo del Encuentro Profesional que reunía a autores, editoriales,
grupos, etcétera. El Gobierno veta la creación de una fundación
que gestione en conjunto los festivales de Alicante en torno a la
creación contemporánea (Festival de Música y Muestra de Teatro), y lo
hace vetando los estatutos de la fundación por medio del Ministerio de
Hacienda, que entiende que la misma generaría más gastos por su
infraestructura, aunque ¿qué podemos esperar cuando el mismo Ministro de
Hacienda, Cristóbal Montoro, habla de la cultura como un mero
“entretenimiento”, un pasatiempo? Cuesta entender que no tengamos dinero
para nuestra cultura y sí tengamos por ejemplo cien millones de euros
para un tranvía Alicante-San Vicente que supone otra fatigosa hipoteca
para los ciudadanos.
Benet Casablancas |
“Homage to Picasso (2010),
de Benet Casablancas, constituyó
la primera incursión del autor en
el género concertante y tuvo
momentos de viveza musical, (…)”Pero no solo sufrimos los estragos de la crisis en los recortes, sino que desde hace tres campañas, en el festival perdimos también siglas y con ello parte de su identidad: quedó eliminado el término “Contemporánea”, cuando siempre lo fue e imagino que seguirá siéndolo; como si un experto cirujano, deseando eliminar quizá el origen de la poca afluencia de púbico a los festivales de música contemporánea, hubiera intentado seccionar con bisturí cierta tumoración ya neoplásica. Perdemos pues identidad pero también calidad y público.
Dejemos la sala de operaciones y pasemos a lo realmente interesante: el
festival de Alicante y la música. El director de la Birmingham
Contemporary Music Group, el compositor Oliver Knussen, tomó la batuta
en tres de las piezas que se pudieron escuchar durante la noche del 23
de septiembre. La primera fue una de su propia autoría, Ophelia Dances
(estreno en España), compuesta en 1975. Los escritos sobre chamanismo
de Carlos Castaneda y los seres míticos ayudaron a dar forma al concepto
de Nature (2012), de Tansy Davies (estreno en España), segunda obra que dirigió Knussen. Y la tercera fue Dove of Peace. Oliver
pasó sin pena ni gloria, no falla la dirección, sino la misma
composición, las obras, el talento, pero no hay más presupuesto y a
pesar de ser “la estrella del día”, pasó fugaz y se evaporó en un
derroche de energía y dinero.
Homage to Picasso
(2010), de Benet Casablancas, constituyó la primera incursión del autor
en el género concertante y tuvo momentos de viveza musical, salvando en
parte la noche.
Grupo Enigma (OCAZEnigma) |
La
Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza (OCAZ), conocida
coloquialmente como “Grupo Enigma” u OCAZEnigma, se presentó con 16
miembros solistas y fue dirigida por Juan José Olives. El programa
incluyó dos estrenos absolutos y dos obras más: Septeto en dos movimientos de Carles Guinovart (Barcelona, 1941); Sinfonía de cámara de Jesús Villa-Rojo (Brihuega, 1940) son los estrenos. Y Variations and Finale
(1958) para diez instrumentos, de Humphrey Searle (1915-1982),
probablemente la mejor obra de cámara de su producción, de 18 minutos. Finalmente, Sinfonietta(1932)
de Benjamin Britten (1913-1976) para diez instrumentos, de 15 minutos
de duración. En resumen, calidad e interpretación bastante aceptables.
Cuarteto Diotima |
El cuarteto Diotima presentó cuatro obras, de las cuales Lurralde de Ramón Lazcano y Cuarteto nº 4 de Thomas Simaku fueron estrenos absolutos en España. Pudimos escuchar después Silent Flowers de Toshio Hosokawa y Cuarteto nº 4
de Arnold Schoenberg. Sus programas están caracterizados por
un profundo compromiso con la música de nuestro tiempo, alternando con
este repertorio contemporáneo el tradicional clásico y el romántico para
cuarteto de cuerda; sin duda habríamos disfrutado más de su lado
clásico, hacia el que quizá deberían dirigir más sus esfuerzos, y
podíamos haber prescindido totalmente de los estrenos que resultaron de
poco interés.
Pobre, muy pobre la programación del bloque intermedio del festival del
que esperábamos muchísimo más; a falta tan solo de la clausura del
mismo podemos decir que la falta de público y calidad de composición han
hecho acto de presencia conforme hemos avanzado en el festival y, como
no, van de la mano.
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