Desconcierto en el Festival de Música de Alicante
Por José Miguel Ferrer PuchePresidente de la Asociación Wagneriana de Alicante
Enviado especial al FMA 2012
El
Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) acoge, del 21 al 29 de
septiembre de 2012, el 28 Festival de Música Contemporánea de su ciudad
con 57 obras programadas de 46 compositores diferentes, 15 de ellas estrenos absolutos. El Auditorio, el Teatro Principal, el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert y tres sedes más albergarán los once conciertos programados.
Junto a La Orquesta Nacional de España (ONE), que ofrecerá dos conciertos, y La Joven Orquesta Nacional de España (JONDE) con
su Academia de Música Contemporánea, con tres conciertos programados,
en la presente edición figuran en el cartel otras formaciones como el
Birmingham Contemporary Music Group dirigido por Oliver Knussen (con
obras de Knussen, Tansy Davies, Philip Cashian y Benet Casablancas), los
solistas del Ensemble Modern (con obras de Luciano Berio, György Ligeti
e Isang Yun, entre otros), el Sax-Ensemble (con José Luis Temes al
frente y obras de Xavier Montsalvatge, Luis de Pablo, Benet Casablancas y
Tomás Marco), el Cuarteto Diotima
(obras de Ramón Lazkano, Thomas Simaku, Toshio Hosokawa y Arnold
Schoenberg), o el grupo OCAZEnigma que dirige Juan José Olives.
Me gustaría, hablando de la coordinación de este año, mencionar una
curiosa anécdota acontecida en los primeros días del festival. Como
medio de comunicación, siendo corresponsal de Culturamas para el FMA y
en calidad de Presidente de la AWA, se solicitaron entradas para cubrir
el festival a coordinación: no hubo respuesta. Tras algunas
comunicaciones telefónicas pudimos estar en el festival presuntamente, y
digo porque cuando se presentó la Asociación Wagneriana no había entradas reservadas;
me hizo gracia que después de pelearlo, se me hiciera entrega de una
invitación que iba dirigida a Eneas Ferris, periodista de otro medio, me
pregunto si pudo asistir… Pero seguíamos sin estar invitados al resto
de conciertos como se nos aseguró en un primer momento. Después del
concierto puede hablar con Rosa María Mollado, coordinadora del
Festival, la cual me propuso llamar a la habitación de un hotel cada día que deseara ir a cubrir el festival;
me pregunté qué tipo de organización era esta, pero lo descubrí cuando
al llamar al día siguiente a dicha habitación no había nadie… Finalmente
y después de estar toda la mañana intentando comunicar con alguien,
dimos con una chica de prensa muy simpática que se prestó a pasar
nuestras peticiones a la mujer del pelo verde y azul; y por fin, aunque
de nuevo por otro solo día, la Asociación pudo estar en el festival.
Pero
pasemos al auditorio, al festival y al concierto. El auditorio, obra
del arquitecto Juan Antonio García solera, tiene una acústica bastante
aceptable, aunque adaptada a la inversión y gasto público que ha
supuesto.
Como en la edición 2011, la versátil Orquesta Nacional inauguró la
muestra con la dirección de Rubén Gimeno (Valencia, 1972). Rubén se preparó dos conciertos fuera del repertorio habitual, con un estreno absoluto, la Elegía concertante del bilbaíno Joseba Torre (1968): en esta obra, el
compositor trenza un persistente diálogo entre grupos y solistas de la
orquesta, hilvanado por las voces de dos saxos enfrentados
antifonalmente en el conjunto, una partitura cargada de fuerza, pero dotada de un lirismo que el propio autor establece como “punto de partida”.
Dentro del catálogo de Olivier Messiaen, tuvimos Las ofrendas olvidadas de 1930 y el Concierto a cuatro de 1991, que se fusionaron como un brillante acierto de programa;
Gimeno las tradujo correctamente, secundado en la última por tres
primeros atriles de la ONE –Sotorres en la flauta, Silla al oboe y
Quintana con el violonchelo- y Juan Carlos Garvayo como vigoroso
pianista. De ecos y sombras del compositor Cristóbal Halffter
fue estrenada en 2009 por la propia Nacional; la palpitante energía de
la pieza sigue intacta. Alqibla (1998) de José María Sánchez
Verdú, que oscila entre el susurro –de los propios instrumentistas– y la
contundencia orquestal, en Alicante recibía su segunda interpretación
española. Gimeno gustó un segundo día a la audiencia con la obra más
«vieja», la Sinfonía nº 1, Jeremías de Leonard Bernstein,
expuesta con pasión. Esperamos y deseamos que el resto del programa del
festival esté a la altura de lo que hemos visto hasta ahora.
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