jueves, 29 de noviembre de 2012

Apoptosis cultural alicantina (I)

Artículo vetado por Diputación de Alicante a la revista electrónica Culturamas mediante amenazas.


El segundo concierto de esta temporada del ADDA nos ha traído a la Hungarian Symphony Orchestra, dirigida por András Keller. También hemos podido escuchar al solista violín Maxim Fedotov. Y digo escuchar en el sentido literal, porque, al menos yo, no pude ver. Nos parece absolutamente lamentable que la Diputación de Alicante, que en conciertos anteriores había acreditado a nuestra querida revista Culturamas -para cubrir el Festival de Música de Alicante- haya decidido por medio de su Gabinete de Comunicación, y en concreto por medio de la actual Jefa del Gabinete Ana Jover Sapena, cerrar las puertas a este medio de comunicación tan libre e independiente, un medio de alcance nacional y no solo local, no concediéndonos esa acreditación; pero por supuesto, lo que no podrán evitar es que lo cubramos, que es, al parecer, lo que la Sra. Jover en realidad quiere. Como decía Chanquete, “no, no nos moverán”, y tampoco nos dejarán fuera.

Hungarian Symphony Orchestra


     La experta musical que suele acompañarme a los conciertos y con quien intercambio opiniones, amistad y crítica, pudo finalmente entrar por sus medios y sentarse en una butaca decente, sin embargo yo no tuve tanta suerte, y es en este punto donde me gustaría compartir una divertida anécdota. Llegué a la sala sinfónica exultante tras comprobar que esta vez me había sido asignada la fila 3 del patio de butacas, por lo tanto me dirigí a mi lugar, pero me encontré a una persona mayor sentada en mi sitio. Al preguntarle me requirió mi entrada y tras analizarla y con una sonrisa taimada me dijo: “¿Pero sabe usted dónde le han sentado?, me temo que en uno de los últimos palcos”, en ese momento no pude evitar comprobar que se trataba de un representante de otro medio de comunicación por las inscripciones del sobre de su acreditación, por lo tanto subí con resignación a la zona de palcos y al encontrar el mío, vi a una pareja de mediana edad sentada en la primera fila y volví a preguntar, la respuesta no pudo ser más divertida: “Oiga, le prometo que hace dos minutos hablaba con mi mujer sobre si habría algún lugar peor en todo el Auditorio, puesto que desde aquí apenas vemos un cuarto de la escena y llegamos a la conclusión de que el peor de todos es este palco, el número 3, y dentro de este palco el peor lugar sería la última fila, menos mal que estamos en la primera…”, mi respuesta fue: “Gracias señores, yo estoy en esa última fila”.


Juan Bautista Roselló Tent, actual Diputado de Cultura
Juan Bautista Rosello Tent,
actual Diputado de Cultura
sin formación
alguna específica
para el cargo que ocupa.
Le siguen polémicas
sobre campos de golf
en Benissa.



     La moraleja ya la tienen, ese gabinete de prensa que lleva Ana Jover Sapena, no admite protocolo ni hay un lugar asignado para los medios de comunicación como el nuestro. La próxima vez temo que se me asigne una butaca fija de espaldas al escenario y frente a un muro, pues, ahora sí, no puede ser peor.

Enrique Ortiz y Sonia Castedo


Enrique Ortiz, dueño del
70% del suelo alicantino,
en brazos de Sonia Castedo,
alcaldesa de Alicante, 
imputados en el Caso Brugal
por  presuntamente amañar el plan
general de urbanismo
de Alicante




     Y es que vivimos en una sociedad exenta de valores, donde los escándalos políticos y de todo tipo siguen acuciándonos, y ya a estas alturas nos hacen sentir impotentes, ajenos a un gobierno que maquiavélicamente  sigue expandiendo sus oscuros tentáculos en la Comunidad Valenciana. Cuando una ex periodista, como lo es Ana Jover Sapena, se convierte en directora de un gabinete de comunicación de una diputación como la alicantina, hoy en día tiene muy claro que lo que importa es “la pasta”, y a cambio de esa pasta saben muy bien que hay que dedicarse a toda clase de miserias, subterfugios e indignidades profesionales con el único objeto de poner taparrabos a las desvergüenzas de los políticos de turno. No sorprende, por supuesto, que el actual concejal de cultura, Juan Bautista Roselló Tent, a cuyas órdenes funcionan estas cosas, sea un político sin formación específica para el campo de las artes. De hecho, a juzgar por los escándalos que tuvo que soportar bajo su mandato la alcaldía de Benissa, cuando Roselló quiso construir a todo trapo “otro campo de golf” y la ciudadanía le montó piquetes, lo suyo debería ser el área de urbanismo de la diputación, y no la de cultura, donde es un cero a la izquierda.

   Antes de entrar valorar el concierto, decir que hemos echado muy en falta un buen programa de mano, y no un mini folleto como se entrega, una ausencia que venimos notando desde la fundación de la casa de conciertos, no sabemos si motivada por los tiempos de crisis en los que vivimos o por el descuido de una organización que no se molesta en solicitar su realización a nadie, pero es evidente que da una imagen al público muy empobrecida de la representación musical, un púbico que también en crisis, no olvidemos, paga su entrada. Al respecto, sacando números, el comisionado e impresión de un programa de mano digno para cada concierto de la temporada habría costado alrededor de 200 euros por unidad, lo que, con un total de 10 conciertos significaría unos 2.000 euros. Mucho menos -muchísimo menos- de lo que cobra el diputado de cultura de Alicante cada mes, sin contar dietas, desplazamientos y otras muchas gaitas sufragadas, o de lo que cobra la Sra. Jover Sapena, y todo eso a cambio de no tener una formación específica y concreta para llevar correctamente el área de cultura… Esto es la política cultural española, y especialmente la alicantina. Así pues, a falta de recortes de verdad donde debiera haberlos, no hay programa de mano en la sala de conciertos de Alicante. Pero Alicante, ya lo sabemos y es de fama nacional, es un lugar peculiar donde su gobierno mantiene como alcaldesa a una política imputada desde hace años, y en el que se gastan 300 millones de euros en unos estudios de cine que sólo han servido para engrosar las arcas de los constructores bien avenidos con quienes ponían en marcha semejantes gilipolleces. Sí, gilipolleces…

Francisco Camps en La Ciudad de la Luz

Francisco Camps en los
malogrados estudios
Ciudad de la Luz, Alicante,
un agujero de 300
millones de euros




    Este artículo continuará este próximo sábado con una segunda parte “Apoptosis cultural alicantina-II” donde analizaremos el concierto en profundidad, un concierto que no tuvo desperdicio.



viernes, 23 de noviembre de 2012

Apoptosis de cuerdas y metales, en papel.

Versión en papel del artículo en La Verdad.



Apoptosis de cuerdas y metales

La Verdad publica un extenso artículo sobre el 2º concierto de la temporada ADDA.

El segundo concierto de esta temporada del ADDA nos ha traído a la Hungarian Symphony Orchestra, dirigida por András Keller. También hemos podido escuchar al solista violín Maxim Fedotov. 
Pero antes de entrar a la sala sinfónica y valorar el concierto, decir que hemos echado muy en falta un buen programa de mano, y no un mini folleto como se entrega, una ausencia que venimos notando en los últimos conciertos, no sabemos si motivada por los tiempos de crisis en los que vivimos o por el descuido de una organización que no se molesta en solicitar su realización a nadie, pero es evidente que da una imagen al público muy empobrecida de la representación musical, un púbico que también en crisis, no olvidemos, paga su entrada. 
La Orquesta Postal se fundó en 1907, y fue la predecesora de la Hungarian Symphony Orchestra. En 2007, la financiación de la orquesta se redujo drásticamente y esto tuvo como consecuencia que la mayor parte de los músicos continuaran su trabajo con financiación externa bajo el nombre de 'Orquesta Sinfónica de Budapest'. Además, András Keller se integró como nuevo director artístico y musical. 
Tenemos que recordar que András fundó el cuarteto 'Los Keller', un cuarteto que tocaba correctamente, pero donde no había ni un solo momento de magia o emoción, y eso ha sucedido también en este concierto. Además, su violín llevaba casi siempre la voz cantante, aun cuando no debía; también se observaba la pérdida de una sonoridad conjunta de calidad. Desde luego no creemos que la orquesta haya sido correctamente escogida para la ocasión, ya que no está ni a la altura del auditorio, ni de las obras, convirtiéndose conforme avanzábamos, en una decadencia progresiva donde la armonía y fusión fundamentales entre cuerdas y metales, parecía estar programada para sucumbir en la intrascendencia. Tampoco estuvo a la altura el solista como veremos.

La primera de las obras que escuchamos fue la 'Obertura de Ruslan y Ludmila', compuesta en 1842 por Mijaíl Ivánovich Glinka. Glinka es el padre del nacionalismo musical ruso. El libreto de la obra fue escrito por Alexander Pushkin, poeta, dramaturgo y fundador de la literatura rusa moderna, que escribió un poema épico con uno de los más hermosos versos que se conocen y lo tituló Ruslan y Ludmila. Su preludio es un auténtico prodigio orquestal que se eleva a las más altas cimas del arte cuanto más rápido tocan las cuerdas y más fuerte suenan los timbales de la orquesta que la interpreta: folklore ruso en estado puro. 
Pero después de haber escuchado a la Orquesta Filarmónica de Berlín, dirigida por Zubin Mehta, en la que el comienzo de la obra se mantiene trepidante, intenso y esas cuerdas frotadas por los arcos moviéndose a una velocidad espectacular consiguen invadir el espacio de unos compases y unas notas extremadamente coloridas y alegres, todo se me queda pequeño, y no hablo del enano Chermonor, raptor de la joven anhelada de Ruslan, hablo de interpretación, fusión y calidad musical.
La segunda pieza que escuchamos ha sido el 'Concierto para violín y Orquesta en La m Op. 53', compuesta por Antonin Dvórak en 1879. Nacido en Nelahozeves, un pequeño pueblo bohemio al norte de Praga, se trata de la figura más representativa de la escuela nacional checa de composición. Se hizo internacional gracias a la publicación de la primera colección de danzas eslavas. Sus primeras obras recibieron influencia de la música de Franz Schubert y Ludwig van Beethoven y, durante su carrera, se basó en los trabajos de Richard Wagner, sobre todo en sus óperas, género al que dedicó todas sus energías los últimos años de su vida. 
Dvóraz se inspiró en el gran violinista Joseph Joachim, a quien admiraba. Sin embargo este mostró cierto escepticismo respecto a la obra. Y es en este punto donde me siento decepcionado por triplicado, primero con Joachim, por su poco atrevimiento musical, ya que, según sus propias palabras, «le pareció todo demasiado complejo y difícil de tocar»; segundo con el mismo Dvórak, por empobrecer su obra a costa de satisfacer las exigencias de Joachim, y por último con nuestro solista de hoy, Maxim Fedotov, por no estar a la altura ni siquiera de la obra reducida. El sonido de Fedotov definitivamente no termina de gustarme, faltando calidad en los momentos más cruciales. 
Hay que recordar que aun no siendo una de las mejores obras de Dvorák, este concierto sigue siendo una pieza importante en el repertorio de violín por sus exigencias técnicas y virtuosísticas para el solista. En el 'Allegro ma non troppo', el solista tiene ocasión de mostrar sus habilidades técnicas con dobles cuerdas, ágiles arpegios y prolongados armónicos en la zona aguda. En el tercer movimiento, 'Finale: Allegro giocoso ma non troppo', el autor saca a relucir sus dotes de gran violinista y, exige del intérprete una extraordinaria agilidad rítmica: no se dio ninguna de ellas en Maxim Fedotov. Si el gran violinista Niccolò Paganini pudiera levantar cabeza, no le haría falta más de una cuerda de su instrumento para tocarlo mejor, ni ningún pacto fáustico para no ser demasiado piadoso. La última de las obras que escuchamos fue la 'Sinfonía nº 4 en Fa m, Op. 36', compuesta por Piotr Ilich Chaikovski en 1877, año del estreno de 'El lago de los Cisnes'. 
Chaikovski fue un apasionado rousseauniano, enamorado de la música de Mozart, Berlioz, Rachmaninov, un compositor con un carácter autocrítico y perfeccionista en exceso, producto de sus constantes depresiones psíquicas; perfeccionismo que le llevó a creer en su sinfonía como paralela a la 'Quinta Sinfonía' de Beethoven, sin imitar sus pensamientos musicales, pero sí su idea fundamental. 
Esperamos que los dos primeros conciertos de la temporada solo sean un mal preludio y poder disfrutar de los siguientes, en especial del concierto que ofrecerá la Orquesta del Marinski de San Petersburgo el 15 de enero, donde tendremos, entre otras obras, el preludio de 'Lohengrin', de Richard Wagner. 

Contempla el "Alma Inmortal" de José Miguel Ferrer Puche


Requiem Amb Ria recupera uno de los poemas más antiguos de José Miguel Ferrer Puche, escrito a los 13 años.

Contempla el “Alma Inmortal” de José Miguel Ferrer Puche

 

 

¡Alma inmortal


Savia de mis venas, ¡corre!
¡Amor, no te vayas nunca!
No quisiera que de tu regazo,
De ti separado me muera…
¡Rauda! ¡Corre sangre, corre!
Atesora el amor que arranca
Tierno del corazón… Mi alma,
Es el destino, lo sé…
¡Que esto nunca expire!

 

José Miguel Ferrer Puche.
fotografía: “Red Lace” por Pauline Greenfhorst

 

martes, 30 de octubre de 2012

Desorganización y esperanza en el ADDA

Culturamas publica mi artículo sobre el primer concierto de la Temporada ADDA 2012.

Desorganización, frialdad y esperanza en el ADDA
Por José Miguel Ferrer Puche
Presidente de la Asociación Wagneriana de Alicante
Enviado especial al ADDA, temporada 2012-2013

La Asociación Wagneriana de Alicante volvió a tener problemas, una vez más (ya ocurrió con el Festival de Música de Alicante), para conseguir su entrada y poder cubrir el primer concierto de la temporada del ADDA, y eso a pesar de representar también en esta ocasión al periódico La Verdad. Pero a tres horas de iniciarse, y todavía con la incertidumbre de si podríamos o no entrar, recibimos la confirmación de nuestra entrada y, otra vez por los pelos, pudimos acceder, aunque nos ofrecieran, para mi desdicha, una de las peores butacas de la sala sinfónica, quizá la peor en la que me he sentado jamás, y más como crítico. Pero dejemos de nuevo los temas organizativos del ADDA, que no podemos comprender a estas alturas, y vayamos directamente al primer concierto de esta temporada.

Joaquín Achúcarro

     El ADDA abre la temporada concertística con la Royal Liverpool Philharmonic y el gran pianista Joaquín Achúcarro. El pianista vasco, considerado como uno de los mejores del mundo en su disciplina, acompaña a la orquesta inglesa, bajo la batuta del célebre director ruso Vasili Petrenko, en un concierto con obras de Johannes Brahms (Concierto para piano y orquesta número 2) y Dmitri Shostakóvich (Sinfonía número 10).
 
     La Royal Liverpool Philharmonic Orchestra es la orquesta sinfónica más antigua del Reino Unido y la única de este país que es propietaria de su propia sala de conciertos, el Philharmonic Hall, famoso por su excelente acústica.

La Royal Liverpool Philharmonic Orchestra
  “(…) Al empezar a escucharla,
no podía ser otra: Nocturno,
carta a Nahia, una obra para
mano izquierda del místico y
también virtuoso compositor
Alexander Scriabin,
compañero de estudios del
gran Rachmaninov.


     Por su parte, Achúcarro, pianista precoz que debutó a los 13 años de edad, ha adquirido a lo largo de su carrera artística reputación tanto nacional como internacional y ha actuado en más de 60 países, con más de 200 orquestas y a cargo de más de 350 directores.

 
     Brahms comenzó el Segundo Concierto para Piano en la primavera de 1878 y lo terminó en el verano de 1881. El mismo compositor actuó como solista en el estreno, que dirigió Hans von Bülow en Zurich, el 27 de noviembre de 1881. Recordemos que Hans Von bülow había sido un campeón de la música de Richard Wagner y Franz Liszt, y cayó temporalmente bajo el hechizo de la música romántica de Brahms. La obra merece ser escuchada por lo que es, un gran concierto romántico para piano y orquesta. La idea de diálogo, establecida al comienzo con el piano respondiendo al corno francés, constituye la esencia tanto del concierto clásico como del romántico. No es un concierto clásico, no es una sinfonía con piano y no es la rencarnación de un concierto para piano de Beethoven. Es completamente brahmsiano.

     Aunque el concierto no constituye una pieza de exhibición para el piano, como desafortunadamente suelen indicar otros críticos, sí es cierto que el tono de intimidad nunca está ausente demasiado tiempo, Brahms tenía suficiente capacidad para transmitir esta intimidad aun a través de sus figuras pianísticas. A pesar de esto, esta es una pieza que se nos queda corta en cuanto a combinación inventiva y colorido. Sin embargo, la partitura para el piano es variada y extraordinariamente difícil y a menudo pone de relieve el talento puramente físico del solista.

     Al término de la pieza de Brahms, Joaquín Achúcarro y tras ser ovacionado dos veces por su interpretación, susurró al público una pieza de propina, pero un sonido gutural de un niño de unos diez años de edad, sentado tres filas delante de mí y que parecía agitarse inquieto en su silla, junto con mi luctuosa situación de crítico en la penúltima fila de butacas, me impidieron escuchar la pieza pronunciada. Al empezar a escucharla, no podía ser otra: Nocturno, carta a Nahia, una obra para mano izquierda del místico y también virtuoso compositor Alexander Scriabin, compañero de estudios del gran Rachmaninov. Joaquín Achúcarro sí hizo una gran exhibición, en este caso de virtuosismo, al deleitarnos con esta pieza y de la manera que lo hizo.

    Vasili Petrenko supo dirigir la obra con energía, un gran expresionismo y mucha sensibilidad, con una orquesta correcta en esta primera parte.


Vasili Petrenko
“Shostakovich, uno de los
grandes artistas del siglo xx,
sufrió, al igual que otros
creadores rusos –entre ellos
el compositor Prokófiev y el
pintor Malevich–, el embate
del autoritarismo stalinista
que pretendió controlar todo,
incluso las manifestaciones artísticas.”

     Shostakovich, uno de los grandes artistas del siglo xx, sufrió, al igual que otros creadores rusos –entre ellos el compositor Prokófiev y el pintor Malevich–, el embate del autoritarismo stalinista que pretendió controlar todo, incluso las manifestaciones artísticas.
 
     La sinfonía número 10 de Shostakóvich, se trata de una obra profundamente simbólica que, con el tiempo, ha generado numerosos comentarios que la describen como gris, pesimista y oscura. A esta sensación negativa ha contribuido el carácter autobiográfico de algunos momentos de la obra. Es el caso del segundo movimiento, que el compositor explicaba así: “He intentado plasmar la horrible crueldad del asesino de masas –Stalin-“. También dijo: “Quiero conocer los sentimientos y las opiniones del público. En esta obra he pretendido expresar los sentimientos y las pasiones del hombre”. Pues la Royal Liverpool Philharmonic Orchestra, en esta segunda parte, nos dejó una interpretación que nos causó pocos sentimientos, menos gris de lo esperado y con más frialdad que pasión.

Shostakóvich

     Después del primer concierto de esta temporada, y de la rica y variada programación que nos espera en los siguientes, nos queda la esperanza de asistir a mejores noches, sobre todo en cuanto a organización se refiere. Animamos desde aquí a asistir, a todo el que guste de la buena música, a los conciertos de esta temporada del Auditorio de la Diputación de Alicante, pues estamos seguros de que nos esperan grandes interpretaciones. Las obras ya las tenemos.



Para los que prefieran la versión en papel.
 "La Verdad" me publica un artículo del primer concierto de la temporada del ADDA. La Royal Liverpool Philharmonic, con obras de Brahms y Shostakóvich.


Frialdad y esperanza en el ADDA


"La Verdad" me publica un artículo del primer concierto de la temporada del ADDA. La Royal Liverpool Philharmonic, con obras de Brahms y Shostakóvich.
Vasili Petrenko


El ADDA abre la temporada concertística con la Royal Liverpool Philharmonic y el gran pianista Joaquín Achúcarro. El pianista vasco, considerado como uno de los mejores del mundo en su disciplina, acompaña a la orquesta inglesa, bajo la batuta del célebre director ruso Vasili Petrenko, en un concierto con obras de Johannes Brahms (Concierto para piano y orquesta número 2) y Dmitri Shostakóvich (Sinfonía número 10). La Royal Liverpool Philharmonic Orchestra es la orquesta sinfónica más antigua del Reino Unido y la única de este país que es propietaria de su propia sala de conciertos, el Philharmonic Hall, famoso por su excelente acústica. 
     Por su parte, Achúcarro, pianista precoz que debutó a los 13 años de edad, ha adquirido a lo largo de su carrera artística reputación tanto nacional como internacional y ha actuado en más de 60 países, con más de 200 orquestas y a cargo de más de 350 directores. 
     Brahms comenzó el Segundo Concierto para Piano en la primavera de 1878 y lo terminó en el verano de 1881. El mismo compositor actuó como solista en el estreno, que dirigió Hans von Bülow en Zurich, el 27 de noviembre de 1881. Recordemos que Hans Von bülow había sido un campeón de la música de Richard Wagner y Franz Liszt, y cayó temporalmente bajo el hechizo de la música romántica de Brahms. La obra merece ser escuchada por lo que es, un gran concierto romántico para piano y orquesta. La idea de diálogo, establecida al comienzo con el piano respondiendo al corno francés, constituye la esencia tanto del concierto clásico como del romántico. No es un concierto clásico, no es una sinfonía con piano y no es la rencarnación de un concierto para piano de Beethoven. Es completamente brahmsiano. 
     Aunque el concierto no constituye una pieza de exhibición para el piano, como desafortunadamente suelen indicar otros críticos, sí es cierto que el tono de intimidad nunca está ausente demasiado tiempo, Brahms tenía suficiente capacidad para transmitir esta intimidad aun a través de sus figuras pianísticas. A pesar de esto, esta es una pieza que se nos queda corta en cuanto a combinación inventiva y colorido. Sin embargo, la partitura para el piano es variada y extraordinariamente difícil y a menudo pone de relieve el talento puramente físico del solista. 
     Al término de la pieza de Brahms, Joaquín Achúcarro y tras ser ovacionado dos veces por su interpretación, susurró al público una pieza de propina, pero un sonido gutural de un niño de unos diez años de edad, sentado tres filas delante mía y que parecía agitarse inquieto en su silla, junto con mi luctuosa situación de crítico en la penúltima fila de butacas, me impidieron escuchar la pieza pronunciada. Al empezar a escucharla, no podía ser otra: 'Nocturno, carta a Nahia', una obra para mano izquierda del místico y también virtuoso compositor Alexander Scriabin, compañero de estudios del gran Rachmaninov. Joaquín Achúcarro sí hizo una gran exhibición, en este caso de virtuosismo, al deleitarnos con esta pieza y de la manera que lo hizo. 
     Vasili Petrenko supo dirigir la obra con energía, un gran expresionismo y mucha sensibilidad, con una orquesta correcta en esta primera parte. Shostakovich, uno de los grandes artistas del siglo xx, sufrió, al igual que otros creadores rusos -entre ellos el compositor Prokófiev y el pintor Malevich-, el embate del autoritarismo stalinista que pretendió controlar todo, incluso las manifestaciones artísticas. 
     La sinfonía número 10 de Shostakóvich es una obra profundamente simbólica que, con el tiempo, ha generado numerosos comentarios que la describen como gris, pesimista y oscura. A esta sensación negativa ha contribuido el carácter autobiográfico de algunos momentos de la obra. Es el caso del segundo movimiento, que el compositor explicaba así: «He intentado plasmar la horrible crueldad del asesino de masas -Stalin-». También dijo: «Quiero conocer los sentimientos y las opiniones del público. En esta obra he pretendido expresar los sentimientos y las pasiones del hombre». Pues la Royal Liverpool Philharmonic Orchestra, en esta segunda parte, nos dejó una interpretación que nos causó pocos sentimientos, menos gris de lo esperado y con más frialdad que pasión. 
     Tras el primer concierto de la temporada, y de la rica y variada programación que nos espera en los siguientes, nos queda la esperanza de asistir a mejores noches, sobre todo en cuanto a organización se refiere. Animamos desde aquí a asistir a todo el que guste de la buena música a los conciertos de esta temporada del Auditorio de la Diputación de Alicante, pues estamos seguros de que nos esperan grandes interpretaciones. Las obras ya las tenemos. 

viernes, 12 de octubre de 2012

El Periódico La Verdad publica mi crítica musical sobre el Festival de Música de Alicante

Para los que prefieran la versión en papel, aquí podéis ver el artículo original, en un diario, La Verdad, que merece la pena leer.





FMA: PÉRDIDA DE IDENTIDAD Y MUSICOFOBIA

Periódico La Verdad, publicación de José Miguel Ferrer Puche

 

A estas alturas, me escandalizan más los entresijos de la crisis que las polémicas planificadas para llamar la atención 

 

 

El Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) acogió, del 21 al 29 de septiembre de 2012, la celebración del 28 Festival de Música Contemporánea de esta ciudad con 57 obras programadas de 46 compositores diferentes, 15 de ellas estrenos absolutos. El Auditorio, el Teatro Principal, el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert y tres sedes más albergaron los once conciertos programados, así como las charlas y una instalación.

Como en la edición 2011, la Orquesta Nacional inauguró la muestra bajo la dirección de Rubén Gimeno (Valencia, 1972), quien preparó dos conciertos fuera del repertorio habitual, con un estreno absoluto, la Elegía concertante del bilbaíno Joseba Torre (1968), que puede ser interesante como «punto de partida», tal y como califica el propio autor a su lirismo.

El director de la Birmingham Contemporary Music Group, el compositor Oliver Knussen, tomó la batuta en tres de las piezas que se pudieron escuchar durante la noche del 23 de septiembre. La primera fue una de su propia autoría, Ophelia Dances (estreno en España). Knussen pasó sin pena ni gloria, como sus mismas composiciones y, a pesar de ser la estrella del día, fue estrella fugaz y se disolvió en un derroche de energía y patrocinio que bien podría haberse dedicado a compositores alicantinos de muy superior valía, que no ven la forma de estrenar sus obras… Homage to Picasso (2010), de Benet Casablancas, tuvo momentos de viveza musical, salvando en parte la noche.

Ha habido variedad, pero escaso nivel. La Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza (OCAZ), se presentó con 16 miembros solistas y fue dirigida por Juan José Olives. El cuarteto Diotima presentó cuatro obras, de las cuales Lurralde de Ramón Lazcano y Cuarteto nº 4 de Thomas Simaku fueron estrenos absolutos en España.

Otro día también tuvimos la oportunidad de escuchar al grupo de solistas del Ensemble Modern (EM) y obras de autores de finales del siglo XX y XXI. De entre todas estas piezas, tan solo el trío para violín, trompa y piano del magistral György Ligeti, se salvó del abucheo.

Como contrapunto a esta crónica trazar un recuerdo de este que es posiblemente el verdadero y más grande compositor del siglo XX, quien visitó este festival de música cuando todavía conservaba la sigla de 'contemporáneo', antes de perder sus siglas de identidad. Ligeti no solo ha sido maestro en el desarrollo, la textura, la composición, sino que llevó la ampliación de los horizontes de la armonía a un mundo extraordinario, poético y lleno de descubrimientos. Nadie puede colgarse en el pecho la medalla de 'moderno' con más honor y dignidad que Ligeti.

Durante los últimos días del Festival de Música de Alicante hemos asistido a un programa, sobre todo el del viernes 28 de septiembre de 2012, de esos de los que no pueden faltar en esta clase de aquelarres sobre 'lo contemporáneo'. Ser pianista y extravagante animal escénico, junto a advenedizo de políticos, le ha valido al señor Carles Santos una carrera basada en escandalizar, como intentó con su Maquinofobia pianolera. ¿Para qué financiar con dinero público semejantes esperpentos? Solo gracias a políticos culturales, de los que han estudiado derecho y a su vez no suelen tener la menor idea de aquello que gestionan, sea música, arte o literatura; con mecenas como los Wesendonk, que pagaron muchos años de manutención y deudas a Wagner, logramos una obra como 'Tristán e Isolda', y benditos sean los Wesendonk con todos sus complejos de época y de clase… Pero para llevar adelante obras de Carles Santos la gente cultivada, con gusto, con conocimiento, no sirve: hacen falta nuestros maravillosos políticos de la cultura, esos hombres trajeados que se dedican a salir en los periódicos y a vanagloriarse con palabrerías de frescor financiero.

A estas alturas ya del siglo XXI, me escandalizan mucho más los entresijos de la crisis económica, con sus aberraciones bancarias, que estos escándalos hechos a mano y a máquina, estos escándalos planificados, estos escándalos diseñados, a fin de cuentas, para llamar la atención y que ya no llaman la atención de nadie, solo la vergüenza de lo que se hace con el dinero público.

El balance final del FMA es, desgraciadamente, el de un cierto fiasco que se desliza poco a poco y que se lee (y se oye) entre líneas, un signo de la cultura de nuestro tiempo: el de la decadencia. La facultad de los grandes compositores de siglos anteriores residió, además de su talento netamente musical, en codificar la filosofía, la emoción, la pasión con la que existieron, y esto ha quedado registrado en el código genético de su música. Precisamente por ello a fecha de hoy el público sigue reclamando esas configuraciones sonoras que llamamos música. Sin embargo, con el siglo XX llega la especulación con el arte, los medios de masas, la popularidad barata, la carencia de sentido cuando el sentido sólo parece ser llamar la atención. Lo más triste de este derroche de dinero publico es el hecho de que el público no está interesado en lo que se le ha ofrecido, luchando para no sucumbir a la musicofobia que parece proponernos el desatino de los tiempos.

 

Interview with Artur Balder, director of Little Spain

Artur Balder, director of the yet to be released documentary Little Spain, granted us this exclusive interview.

How was the idea to make Little Spain born?
I came to NYC with a student visa for the Herbet Berghof Studio. I lived at 100th st. and Broadway, took the subway everyday and got off at 14th st. and 8th avenue. I would walk west to the Meatpacking District, and once there turn South to Bank st. to get to HB Studio. I had to take that route everyday, and took notice of the Spanish and U.S. flags together in an old building. One day I went inside and met Robert Sanfiz, who was at that moment the secretary of the Spanish Center, and he told me the story about the building and the Spanish immigration in the west side of Chelsea. In that moment, I realized that it would be really interesting to make a documentary that would collect historically relevant testimonies, interviews and old photographs that would show that story.

Did you find things that you didn't expect at all?
Once Robert Sanfiz got the permit from the manager of the building to allow me to live in apartment #1 of the building on 14th street for one year, I spent that time researching. Some people interviewed in the documentary were merchant marines that arrived to NYC in the 60´s and settled in Chelsea, when in that moment a Spanish community was flourishing. In most of the cases it was people who came fleeing Franco´s Dictatorship.

How did Spanish people living in NYC 60 years ago treat each other?
They were, in many ways, much more supportive than the Spanish of today. They could further support each other, which is no longer true today. They thrived in small communities, that were like a composition of Spain disseminated in Manhattan. The flavors and sounds, dances, were more often evoked, treated like cultural roots and a love to the lost land, and not as a product of exportation.

How did they change through the years?
These generations have changed, and, at least in regard to the Spanish concentration on West 14th Street, replaced by immigrants from Central America, the Caribbean and South America. Back in the 90s the Spanish community was almost extinct. I believe that the new Spanish emigrants of today have lost a port of entry in a major city like New York.

Have you been able to meet some of the people who you found in the files of La National?
We received emails asking about relatives who lived in the area, but the real mission of the documentary was to document the history of an immigrant community, exposing its ups and downs, not specific people.

What is the funniest thing that you found? And the saddest?
I don´t remember anything particularly funny, I found the documentary something rather serious. The saddest thing was seeing how some people tried to pressure Robert Sanfiz to appear in the documentary themselves for their own personal gain. These were characters that were not relevant documentary or testimonials whatsoever, as the current manager of the restaurant called "La National", on the ground floor of 239 West 14th Street. The Spanish Center survived mainly by renting this place to the restaurateur called Lolo Manso. Therefore, when he heard about the documentary, Lolo contacted me for an interview, and pressured others to do so. I´m glad that I stayed true to the original idea of the documentary, and I never gave in to this kind of pressure. For this and other reasons I consider that my work will stand the test of time, indeed, because it's based on history and old photos acquired by the producer that haven't been seen anywhere else. I think that this will be an indispensable part of the history of Spanish immigration and history of New York, a city made of migrants. Another sad moment came when we wanted to interview James Fernandez, a researcher who was very close to the Spanish consulate in NY. It was surprising to find that Mr. Fernandez had no interest in participating in the documentary, and then I realized that most of the scholars interested in this story only worked for his personal glory, leaving the common interest in history in the background. Finally, I realized that emotions narrated in first person were of greater value than studies made in offices at the King Juan Carlos Center...

Did you find any support in the Spanish institutions?
The Spanish Center supported the project, thanks especially to the good sense and overview of Robert Sanfiz, who arbitrated with the board to allow me go into the archive of 239 w 14th st, and for allowing me to live in the building. And the importance of rescuing these historical memories was especially appreciated by American institutions. The Spanish Center is an American institution, not Spanish. Spanish institutions, however, have always remained indifferent to the history of Spain, which does not impress me given the current sociopolitical situation of my country. At that time, Fernando Villalonga was the General Consul of the Kingdom of Spain in New York, and was interviewed about immigration for my project. Now Fernando Villalonga is responsible for the culture area of the municipality of Madrid. After proposing an exhibition to him with the files posted in the documentary, especially the part which was acquired from private collections during my research, Villalonga's office contacted me personally to tell me that "Don Fernando didn´t want to feel connected with New York in this new period of his career". I never understood what they meant with that phrase, but Spanish people lost a great opportunity to take a look at this account of Spanish emigration, that involved everybody, Catalans, Galician or Valencian.

What about support from Spanish government here in NYC or in Spain?
Something similar happened with the consul for cultural affairs in New York. Inigo Ramirez de Haro, I had a meeting with him after which neither him nor the offices that depend on it, theoretically dedicated to the Spanish culture in the U.S., made contact with us. Yes, I know that Ramirez de Haro proudly displayed promoting the saga "Torrente" in Tribeca theaters in NY. For this kind of movies they lay hold of public money. I like Santiago Segura and he deserves my professional respect, of course, but here the question is what are the priorities of a culture consulate. Tension exists because many people want to see the documentary about Little Spain, while their managers feel abandoned by the Spanish authorities in New York. I guess it's a reflection of Spanish politics, but I understand and respect the point of view of producers, who have not received any funding except that of private sources to carry out a project that clearly deserves attention from the Spanish authorities. Spanish institutions in NY and USA are more concerned with creating brand, basically, to protect big business interests, but it has no interest on historical memory and genuine culture.

What about the issue of the documentary in Spanish TV?
That's another interesting point: RTVE, television and national radio in Spain, has no budget in the last years. Naomi de Cabo, responsible for acquisitions of documentaries for the public TV, has said repeatedly that she wants to issue Little Spain, but the current circumstances don´t allow it. The Spanish audience is now more vulnerable than ever about cultural issues. It doesn’t matter what the audience wants to see, whether photos or documentaries, the responsible people for this effect, politicians and senior officials, have other interests. And the subject of historical memory in Spain is problematic. Most of the protagonists of Chelsea's Little Spain in the 50s were Republicans in exile.

How did you feel living a whole year in La National?
It was an unforgettable experience. Robert Sanfiz is a charming person who really wanted the Spanish people in New York more united. He found many bumps in the road, but he gave a lesson on morals and integrity defending our project at all times, he also appears as one of the interviewed. Moreover, it´s true that this corner of Manhattan has a special flavor, although it has almost lost the scenario. In the times in which I resided there, the building still was old and had a special aura that has now been extinguished with successive and necessary reforms. Similarly, the old press kiosk on the southeast corner, intersection of 14th Street and 8th Avenue, was still the original. A few weeks ago I saw that they had already replaced it with a brand new stainless steel one that completely alters the urban landscape. I'm glad I recorded these details before they disappeared. I think the documentary has been able to capture that environment.

Did it have any influence in your personality or your subsequent work?
It's a great project, I feel lucky to have led the two documentaries that form the series. I think it was important on a professional level but also on a personal level. Everything is a reflexion about "the Spanish", with their dark sides and light sides, and that teaches you to know yourself. It's a shame that the Spanish idiosyncrasy has a strong tendency of disunity and Particracy.

Do you have distribution for your film? Can we see it soon somewhere?
That is something the producers should answer, they are the owners of the documentary. But for now I don't know anything about an upcoming première primarily due to the tensions between the producers and the Spanish institutions in NY.
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martes, 9 de octubre de 2012

Musicofobia

Musicofobia en el Festival de Música de Alicante 2012
Por José Miguel Ferrer Puche
Presidente de la Asociación Wagneriana de Alicante
Enviado especial al FMA 2012


Durante los últimos días del Festival de Música de Alicante hemos asistido a un programa, sobre todo el del viernes 28 de septiembre de 2012, a lo que no podía faltar en esta clase de aquelarres sobre “lo contemporáneo”. Ser pianista y extravagante animal escénico, junto a advenedizo de políticos, le ha valido al señor Carles Santos una carrera basada en escandalizar. Personalmente, a estas alturas ya del siglo XXI, me escandalizan mucho más los entresijos de la crisis económica, con sus aberraciones bancarias, que estos escándalos hechos a mano y a máquina, estos escándalos planificados, estos escándalos diseñados, a fin de cuentas, para llamar la atención y que ya no llaman la atención de nadie, solo la vergüenza de lo que se hace con el dinero público.

Maquinofòbiapianolera

     Durante el siglo XX llegó la hora de especular con todo, también con el arte. Carles Santos es el más claro ejemplo de lo que es hacer carrera a base de chupar la sangre a una estética exangüe, la de la especulación escénica y sonora. En una sociedad con una cultura musical en decadencia, era de esperar que el escándalo programado, que trabajar para el escándalo, tenía que dar algún fruto. Porque pretender crear belleza y codificar con sonidos la filosofía, el pensamiento o la pasión, valores que están garantizando la reutilización de la música de siglos anteriores, especialmente del XVIII y XIX, requieren verdadero talento musical, el que todos reconocemos, nos caiga mejor o peor este o aquel compositor. Esta absoluta carencia de ideas es lo que subyace tras la obra completa de Carles Santos. Una carrera diseñada para hacerse sobre la nada de nuestro tiempo. No hay que estar tan loco como se lo hace en escena, es solo un disfraz: porque para ser la proposición del PSPV como vocal del Consell de Cultura Valenciano hay que echar muchas horas “de partido”, no hay que estar loco. Hay que dedicarse en cuerpo y alma a quedar con unos y con otros, a fumar y beber mucho para maquinar toda la plataforma de influencias que lo convierten a uno en eso, un enchufado sin talento que termina por ser vocal del Consell de Cultura en el año 2012. Eso es signo de la profunda decadencia que sufre en muchos aspectos la sociedad moderna en general y en concreto la Comunidad Valenciana. Quizá debido a este gasto de energía que hace el señor Santos en política consigue estar enchufado en festivales en los que, precisamente por la falta de tiempo y talento, tiene que mostrar obras que no le interesan a nadie, salvo (quizá) a su ego, estupideces que solo suponen un insulto a los ciudadanos, a los contribuyentes, a los miembros de una sociedad maltratada por el despilfarro y la chorrada descabellada.

Rosa María Molleda Clara
Coordinadora del Festival de Música de Alicante 2012

“Ser pianista y extravagante animal
escénico, junto a advenedizo de
políticos, le ha valido al señor
Carles Santos una carrera basada
en escandalizar (…)”



     El espectáculo prestado por el señor Santos al festival alicantino era una estruendosa guerra contra la maquinaria de una fábrica de galletas desmantelada. Pistones, electroválvulas y motores de naves espaciales eran los buques insignia de la flota de ruidos. Desgraciadamente sin acabar lo que parecía proponerse, Carles se daba de testarazos contra un piano que sufrió en el proceso la pérdida de alguna de sus teclas. Lástima, que en lugar de las teclas no se rompiera otra cosa.

    CaboSanRoque lleva diez años sacando música de instrumentos creados a partir de objetos tan variados y comunes como lavadoras, máquinas de coser, grapadoras, puertas chirriantes y demás, alguno de ellos encontrados en los mismos contenedores de basura de nuestras calles, y también sacando subvenciones para poder estrenar tan alucinantes elucubraciones sonoras, porque de lo contrario, ¿Cómo financiar semejantes esperpentos? Sólo con políticos; con mecenas como los Wesendonk, que pagaron muchos años de manutención y deudas a Wagner, logramos una obra como Tristán e Isolda, y benditos sean los Wesendonk con todos sus complejos de época… Pero para llevar adelante estos esperpentos contemporáneos la gente cultivada, con gusto, con conocimiento, no sirve: hacen falta nuestros maravillosos políticos de la cultura, esos hombres trajeados que se dedican a salir en los periódicos y soltar paridas como los caballos sueltan bostas.

Carles Santos, vocal del Consell de Cultura de La Comunidad Valenciana 2012

Confrontar un instrumento tan noble como un piano, con un ingenio mecánico controlado por ordenador y exento de todo tipo de sensibilidad o sentimiento, me parece una nueva tontería sobre la que se podrían sacar variaciones sin fin, y estoy seguro de que Santos y los suyos, mientras tengan subvenciones para financiarlo, nos mostrarán esas variaciones. Como espectáculo, habría ganado más mostrando poco a poco los distintos instrumentos de la máquina, sin embargo, a solo un minuto del comienzo, esta se puso a rugir con fervor. No me extrañó que en el minuto dos se marcharan varias personas de la representación presas del pánico. Al final, máquinas que fabrican dinero, máquinas que pagan objetos y máquinas que nos hacen “música”, que se llama así solo porque ellos se empeñan en eso, porque eso ya no es música, sino ruido y, una vez más, bajo su capa de complejidad “teórica” la ocultación de un objetivo tan simple como lamentable: las ganas de un chico con complejos de llamar la atención en clase.

Solistas del Ensemble Modern
  (…) musikanten perdidos en busca
de sonidos sin significado, donde
nadie parece haber comprendido
el concepto de estructura, ni el de
profundidad, que nos deja como
desenlace un sabor agrio y los
tímpanos horrorizados y
profanados (…)”

 
Otro día también tuvimos en Alicante la oportunidad de escuchar al grupo de solistas del Ensemble Modern (EM) y obras de autores de finales del siglo XX y XXI. El grupo fue fundado en el año 1980 y están establecidos en Frankfurt; dicen que es uno de los más destacados grupos de cámara de Europa y en la actualidad consta de 19 solistas de ocho nacionalidades diferentes. Y precisamente y quizás aquí reside el problema, ¿qué significado tiene el término solistas? ¿Cuántos han de ser? A la vista de las obras programadas, vienen sólo ocho solistas de los diecinueve: los necesarios para piano (y clavecín), oboe, clarinete, trompa, trompeta, violín, viola y violonchelo. Un concierto de cámara que es más bien de “mini-cámara”: de sus seis piezas, una sola para cuatro intérpretes. Y de entre todas ellas, tan solo el trío para violín, trompa y piano del magistral György Ligeti, se salvó del abucheo. Como contrapunto a esta crónica trazar un recuerdo de este que es posiblemente el verdadero y más grande compositor del siglo XX. Ligeti no solo ha sido maestro en el desarrollo, la textura, la composición, sino que llevó la ampliación de los horizontes de la armonía a un mundo extraordinario, poético y lleno de descubrimientos. Si obviamos su sentido del humor, su “música pura”, su música de cámara, su obra vocal dedicada a las melodías que compusieron el tejido melódico tradicional de su tierra, nos sitúan ante lo inevitable: la plataforma del nacionalismo musical del que surge un compositor universal. Nadie puede colgarse en el pecho la medalla de “moderno” con más honor y dignidad que Ligeti, mientras que otros escandalizan con basura pagada con dinero público llevando la cultura al borde mismo de la extinción por aburrimiento, por falta de gusto, y ante todo, por falta de talento. Porque, como apuntaba, para que gente como Santos haga carrera con semejante bagaje sin valor alguno, es necesario estar enchufado, y el enchufe institucional en el mundo de la música clásica significa que esas atrocidades que nos hacen sonreír en el mejor de los casos, se hacen a costa de dejar en el olvido a quienes se toman la composición y la música como algo serio, poderoso, profundo y ligado a la humanidad.

György Ligeti

“Ligeti no solo ha sido
maestro en el desarrollo,
la textura, la composición,
sino que llevó la ampliación
de los horizontes de la
armonía a un mundo
extraordinario (…)”
     
     En resumen, este festival, que ha perdido por el camino las siglas de identidad y ha dejado de llamarse “contemporáneo”, ha sido el fiasco final, sin verdaderos compositores comprometidos con ideas, sino musikanten perdidos en busca de sonidos sin significado, donde nadie parece haber comprendido el concepto de estructura, ni el de profundidad, que nos deja como desenlace un sabor agrio y los tímpanos horrorizados y profanados por el estupor del ruido sin más. Se espera un cambio de rumbo y sobretodo “criterio profesional” y “conocimiento” por parte de quienes se gastan el dinero público en chorradas campestres como las que hemos tenido que soportar, con la penuria de que quienes lo organizan, posiblemente, consideran imbéciles a los oyentes. No todos lo somos… no conseguirán causarnos la musicofobia a quienes la amamos, la comprendemos y estamos preparados para distinguir al genio de la tomadura de pelo.