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viernes, 31 de agosto de 2012

Little Spain en el diario El PAÍS (¡SIN CENSURAS!)

¡PÁRRAFOS EN NARANJA CENSURADOS EN EL DIARIO EL PAIS!

Little Spain florece en Manhattan:
Hace cinco años hubo gente que se rió de las aspiraciones cinematográficas, y por ende de arte total, de Artur Balder, nuestro honorable socio fundador de la Asociación Wagneriana de Alicante. Sin embargo, el pasado domingo 26 de agosto de 2012, día de máxima difusión de su tirada, el diario El País publicó esta crónica que celebraba el triunfo sin ambages de una aportación importantísima para la historia del cine documental. El País, 26/8/2012, 1.200.000 ejemplares de la tirada en papel, más de 10 millones de lectores de dicha tirada. Audax Fortuna juvat.  

Desfile de españoles de la cofradía de la iglesia de Guadalupe. 
                                                                        / Spanish Benevolent Society of New York Archive

     
Cuando el escritor cubano Reinaldo Arenas conoció Manhattan en 1980, sintió que estaba en una especie de Habana en todo su esplendor, con fabulosos teatros, restaurantes de todo tipo e inmensos mercadillos populares. La influencia del Nueva York hispano no ha parado de crecer, hasta engullir culturalmente al anglosajón. El investigador de la Columbia University, Claudio Iván Remeseira lo corrobora en su obra Hispanic New York, cuya portada emula un mapa bromista pero significativo: al norte de la ciudad, República Dominicana; al sur, México y Puerto Rico; al este, Ecuador y Colombia; al Oeste Cuba; y en pleno corazón de Manhatan, casi comprimida por el resto, España. La colonia española ha sobrevivido a los años a pesar de su pequeño tamaño y mantiene su identidad. 

     En realidad, el barrio español, conocido como Little Spain, abarca poco más de una calle, la 14, entre la avenida séptima y la octava, colindante con los reputados barrios de Chelsea y West Village. Una bandera española, junto a otra estadounidense coronan la fachada rojiza del Centro Español de Manhattan, un colectivo sin ánimo de lucro, cuyo restaurante, La Nacional, es el centro neurálgico del barrio y el punto de encuentro de todos los peninsulares que residen en la gran manzana. Desde el Centro Español de la 14 y, paralelamente, desde la Spanish Benevolent Society of New York, sociedad filantrópica fundada en 2008 para recuperar la memoria histórica, los españoles están tomando conciencia como colectivo y reivindicando la historia de sus predecesores en la ciudad. 

El anuncio de portada se refiere al gran baile que organizaba 'la Nacional'.
 (Cortesía de Artur Balder). / Spanish Benevolent Society of New York Archive









     ---censured---Los españoles llegaron a Nueva York en varias oleadas y se organizaron para ayudar a los recién llegados. A partir de los años noventa, el sentimiento de grupo se dispersó, pero actualmente, el sentimiento identitario está resurgiendo, como contrapunto a un abrumador influjo hispanoamericano. Desde el Centro Español de la 14, los españoles están tomando conciencia como colectivo y reivindicando la historia de sus predecesores en la ciudad.---censured--- Su objetivo es difundir el espíritu de fraternidad y solidaridad entre los residentes españoles de Estados Unidos. Lo están consiguiendo, y la mejor prueba es la proliferación de novelas, investigaciones, archivos fotográficos y documentales que sus miembros están llevando a cabo. Además, a través de la Spanish Benevolent Society of New York, sociedad filantrópica fundada en 2008 para recuperar la memoria histórica, ha impulsado el Premio Internacional Spanish-American (valorado en 65.000 dólares), otorgado a artistas e intelectuales que contribuyan al conocimiento y divulgación de la historia de los españoles en Nueva York. Este año ha sido galardonado con el premio el escritor Artur Balder (Alicante, 1974), por su documental Little Spain, la mayor obra realizada hasta ahora sobre el barrio español de la 14. La investigadora británica Kirsty Hooper, ha recibido la mención de honor de la sociedad por sus estudios sobre emigración española y literatura galaica, comenta en conversación telefónica el secretario de la sociedad, Dan Castaneda.


     La inmigración española a Manhattan comenzó a mediados del XIX, tomó impulso con la pérdida de Cuba en 1898 y en el siglo XX registró otro influjo a raíz de la Guerra Civil y la posguerra. "En mi documental, se narra la historia, muy poco conocida, de los primeros conquistadores españoles de Manhattan", explica Balder, que además de director, es novelista y estudioso de “la cultura Spanish American”. Como afirma, pocos saben que existió un Little Spain, como el Little Italy retratado por el cine de gangsters, barrio del que hoy solo quedan las decenas de restaurantes italianos. Con el primer flujo de españoles llegaron muchos marinos mercantes a los muelles de Chelsea, controlados por irlandeses e italianos, que les dieron trabajo y con los que se integraron en perfecta armonía. Tras la Guerra Civil, otra oleada llegó a la ciudad viciada de dilemas ideológicos. “A los republicanos no les gustaba que los franquistas exhibieran abiertamente su ideología, y viceversa”, comenta Balder. En los años cincuenta y sesenta, la calle 14 de Manhattan ya estaba llena de negocios textiles, librerías, y restaurantes españoles, como El Coruña, La Bilbaína o Café Madrid .


La Asociación de las Hija de María Inmaculada. En la marquesina de los cines detrás de este desfile se puede leer: “All Spanish Program” (foto exclusiva para El País, cortesía de Artur Balder). / Spanish Benevolent Society of New York Archive
     
    
     Balder tardó un año y medio en recopilar el material fotográfico y los testimonios y rastreó 18 archivos, muchos de ellos privados. Desde los años setenta la comunidad española sufrió varias reyertas internas. El impacto de las drogas fue nefasto y tuvo como consecuencia espectaculares redadas y tiroteos. Balder descubrió una serie de fotos que reflejan el estado en que quedó el restaurante El Coruña (ubicado en 249 West 14th Street) en 1982, tras el tiroteo producido entre el FBI y los mafiosos españoles que guardaban un importante alijo de droga. Aquella década marcó el principio de la decadencia de Little Spain. “Era como en El Padrino, pero con españoles como protagonistas”, afirma en conversación telefónica Dan Castaneda, secretario de la Spanish Benevolent Society.

     ---censured---La historia se repite. De la misma forma que los emigrantes españoles decidieron exiliarse por razones económicas, hoy otros miles de españoles deciden buscar una nueva vida en la ciudad más famosa del mundo. El mismo Balder decidió instalarse en la Gran Manzana para buscar nuevas y mejores oportunidades. En 2007 decidió probar suerte en la urbe “dura, salvaje y compleja” y en uno de sus paseos por Manhattan, se topó fortuitamente con la bandera española que ondea en la fachada del Centro. Allí contactó con el abogado Robert Sanfiz, uno de los principales responsables de la resurrección que ha experimentado Little Spain.---censured---

     En los noventa, el aumento del precio de los inmuebles obligó a muchos españoles a trasladarse a otras zonas más baratas como Queens y el Bronx. En el año 2000 solo quedaban 20 miembros. En 2006 el mítico edificio de la 14, situado en el 239 oeste, se iba a vender y la poca unión que quedaba parecía condenada a la disolución. Pero gracias al apoyo de abogados y gestores como Robert Sanfiz la extinción de la antigua sociedad no significó el fin de la comunidad española. Su gestión salvó al edificio de la venta especulativa y reactivó la existencia de Little Spain, a través del nuevo Centro Español, el Club Social y la Spanish benevolent Sopciety of New York, un centro de investigación y recuperación del patrimonio de la comunidad española. El edificio se recuperó como centro de interés histórico y encuentro social, mientras que la sociedad comenzó a reclutar a intelectuales y artistas interesados en reivindicar la historia del barrio. Hoy ronda los 500 miembros y sigue creciendo. “Salvaron nuestro símbolo más emblemático”, comenta Balder.

     Robert de Niro vivía al lado de la calle 14 y guarda muy buen recuerdo de su convivencia con los españoles. Dan Castaneda. 

     El director alicantino quedó fascinado con la historia del barrio y, gracias a la ayuda de Sanfiz, comenzó a vivir en el edificio de la 14, con el objetivo de recopilar materiales y realizar un documental. Contó con la ayuda de productores y filántropos, como el valenciano Julio Mayordomo (actual director del Centro Español), que respaldaron el proyecto. “Entre todos, y sin ninguna ayuda por parte de ninguna institución cultural española, fuimos capaces de adquirir las fotos más importantes del antiguo barrio y producir Little Spain: un siglo de historia”, comenta agradecido Balder, “me di cuenta de que el verdadero espíritu del centro era la confraternidad de los emigrantes establecidos a los que venían de nuevos”.

Desfile conmemorativo de la asociación Nuestra Señora de Lourdes. En el cartel puede leerse “Primer centenario 1858-1958”. (Cortesía de Artur Balder). / Spanish Benevolent Society of New York Archive

     Actualmente, el cineasta se encuentra rodando Cuentos de la calle 14, la segunda parte de Little Spain, donde narra las décadas de los sesenta, setenta y ochenta, una época marcada por las luchas entre las sociedades rivales. “Robert de Niro vivía al lado, en el 219 oeste de la calle 14 y guarda muy buen recuerdo de su convivencia con los españoles. Nos prestó varias fotos de su infancia en las que sale el barrio”, comenta Dan Castaneda, secretario de la Spanish Benevolent Society. La sociedad tiene entre sus planes cerrar la trilogía con un tercer documental, pero de momento no disponen de fondos.

     ---censured---Castaneda asegura que los organismos públicos españoles han ignorado completamente la iniciativa de los españoles neoyorquinos: “Quizás a la derecha no le conviene que se cuente la historia de los exiliados del franquismo. Es curioso que estamos recibiendo mucho más apoyo por parte de las autoridades norteamericanas que por parte de las españolas”. También denuncia la pasividad de Javier Rioyo, actual director del Instituto Cervantes en Nueva York, -"su institución solo apoya a unos cuantos privilegiados"-, y el "desprecio" mostrado por el anterior cónsul español en la ciudad, Fernando Villalonga: "Dejó claro que no quiere mover un dedo por la divulgación del archivo atesorado de Little Spain, sin embargo, tiene presupuesto para toda clase de cachivaches de arte contemporáneo en las 101 salas de exposiciones de Madrid... Y así es: es mejor que la gente no piense y que no recuerde".---censured---
    
          A partir de la crisis y a pesar de lo difícil que es obtener el visado en Estados Unidos, muchos más españoles están llegando a Nueva York en busca de nuevas oportunidades laborales. La comunidad española crece y se alimenta de los recién llegados. Mientras la nueva Little Spain resurge de las cenizas, sus miembros luchan por recordar a las viejas generaciones y ayudar a las nuevas. “Recuperar la memoria histórica es un valor que no debería ser soslayado por ninguna tendencia política”, denuncia Balder. Y menos, una historia tan emocionante como esta. “Me encantaría que se rodase una película como El Padrino, que contara nuestra historia”, comenta Castaneda.

     Argumento y talento no faltan. La pregunta que ronda su cabeza es: ¿Quiénes serían los nuevos Scorsese y De Niro que diesen vida a la saga española de Nueva York?



VERSIÓN EN PAPEL, EL PAÍS (26/08/2012):

MANHATTAN REVIVE LITTLE SPAIN.
DOS INSTITUCIONES RECUPERAN LA OBRA DE EMIGRANTES ESPAÑOLES EN NUEVA YORK:





martes, 14 de agosto de 2012

Leyendo el Medievo: los héroes balderianos.

Uno de mis artículos publicado en la sección internacional de Culturamas, espero que os guste.

Leyendo el Medievo:
primera consideración intertextual sobre los héroes balderianos.
Por José Miguel Ferrer Puche  


Artur Balder. Nueva York. 38th St. Junio 2012


Hace escasos días se producía en Nueva York la réplica a la representación que tuvo lugar en Barcelona a principios de año con la presencia del editor francés Jean-Mathieu Gosselin y del reconocido Daniel Fernández, desde hace años cabeza de familia en Edhasa, sello por antonomasia especializado en la mejor novela histórica. Hace escasas semanas, era la prestigiosa revista francesa L’Actualité de l’Historie la que trataba en profundidad la técnica y motivación literaria de este alicantino universal, al que definía como “le révéler de les tensions heroïques”.
     De los autores europeos actualmente afincados en los Estados Unidos, es Artur Balder el artista más polifacético y, paradójicamente, el más fiel a la veracidad intelectual de un pensamiento crítico que corre paralelamente junto a la producción de sus novelas, alimentando y ejemplificando lo que de otro modo sería sólo teoría política y crítica histórica de la contemporaneidad.

“(…) nos encontramos
con el leitmotiv
de rebelión cultural
de la autodeterminación
escogido desde
un principio:
Widukind”


     No somos los lectores acérrimos, en esencia, ajenos a la naturaleza que destila el producto del autor escogido. La retórica cantada de los héroes de las óperas de Wagner rima perfectamente con el anarquismo de los héroes balderianos al traducirse parte de su contenido al castellano y a nuestra censurable realidad actual.
     No nos sorprendió que en la Saga de Teutoburgo situase la narración y la ambientación histórica en un más allá del bien y del mal convertido en técnica realista, a modo de escena para los actores principales de la saga, detrás de la cual se extiende el verdadero telón de anarquismo en el que alienta la fuerza inescrutable de la naturaleza. La ambición del narrador pretendía en todo momento permitir al lector-espectador observar sin pudor alguno lo que sucede en cada situación humana, pretendiendo construir a partir de esas situaciones una especie de superhombre monumental y a la vez primitivo, Arminio, unión polivalente de inteligencia y violenta cólera, cuyo germen de desconfianza hacia el mundo romano se convertirá en la clave para un cambio de dimensiones históricas, con consecuencias en la Edad Media. Allí de nuevo, y de manera definitiva, nos encontramos con el leitmotiv de rebelión cultural de la autodeterminación escogido desde un principio: Widukind, un hombre que se enfrenta a la dominación cultural e ideológica del Imperio Carolingio.



“(…)confluencia de modelos
y métodos de lectura
de la Historia Marxista,
Escuela de los Anales,
Historia Total,
Nueva Historia”

      Quizá sea éste uno de los problemas claves planteados por Balder en los dos episodios publicados hasta la fecha de su «Crónica de Widukind», «El Evangelio de la Espada» y «Los Señores de la Tierra». Efectivamente, dicha obra nos enfrenta, al menos, con una doble realidad: la Crónica (o su autor) como lectura (o lector-emisor) de un Conflicto: la cultura (sociedad medieval en apariencia y proyección de la actual) y su lectura, sin duda, a modo de Texto Total o Intertexto. Los lectores posibles de «la Crónica» como receptores, destinatarios: lectores individuales partícipes del virtual «Lector Ideal» definido por las teorías de Umberto Eco.
     Con estas perspectivas arriesgamos nuestra enunciación, hipotética por ahora, en torno a las dos cuestiones planteadas hasta el momento: caracteriza a esta obra balderiana —difícilmente delimitada sólo con la denominación clásica de novela— su lectura modélica de la cultura medieval heroica y con rotundidad puede definirse, con una contemplación general de la estructura superficial o tramoya narrativa, como una novela sobre la lucha de clases recreada en un ambiente medieval. Al hacer estas afirmaciones alineamos a Balder dentro de la visión del mundo medieval que ya se ha impuesto entre los medievalistas como interrelación de modelos y esquemas de lectura de la Historia Marxista, de la Escuela de los Anales, de la Historia Total, de la Nueva Historia, así como de los críticos (fundamentalmente semióticos, formalistas y semiólogos) donde la cultura aparece como un macrotexto presentado ante los posibles lectores como una dimensión colectiva polivalente. Reclaman la presencia de lo alegórico y especialmente de lo ideológico, como elementos de lectura, pues Balder responde claramente en sus ensayos: lo simbólico es una fuerza tan material como lo son los mecanismos entre las diversas potencias de producción.

“Junto a estas líneas elementales,
donde encontramos a Goethe y a Lorca
-y su Poeta en Nueva York- en repetidas ocasiones,
pero también a Klopstock y a Herder (…)”

      La diversidad de discursos que se entrelaza en las páginas de la Crónica siguen un programa narrativo que es la superficie sobre la que se archivan de manera inconfundible aquellos puntos cardinales escogidos por el pensador para encriptar la Crítica de la Contemporaneidad. Las líneas elementales se aseguran en los personajes como en los leitmotivs de las óperas de Wagner, sin ser esto ajeno, en esencia, a la teoría de la obra de arte total que el compositor alemán entregó al tejido musical como forma de producción retórica y como respuesta a los rígidos esquemas de los géneros. Dentro de estas líneas elementales se aprecian con claridad las alusiones a textos poéticos contemporáneos, modernos, decimonónicos y medievales, que generan el auténtico subtexto donde reside el valor de la Crónica, y que son ubicados de manera consciente por Balder, deseoso de generar un juego de espejos. Junto a estas líneas elementales, donde encontramos a Goethe y a Lorca -y su Poeta en Nueva York- en repetidas ocasiones, pero también a Klopstock y a Herder, como ecos de diatrivas más antiguas en textos que han preocupado al autor ocultos en las sombras de la Edad Media -las ideas de Beda el Venerable aparecen en el segundo episodio- también tenemos el telón de fondo del mundo intelectual anárquico e inconsciente del que surgen los símbolos, a menudo enfrentados, de la verdadera cultura del Medioevo.


“Próximo al humanista
del Renacimiento
o al enciclopedista
del siglo XVIII,
Balder es esencialmente
polifacético(…)”

   Póximo a los humanistas del Renacimiento o a los enciclopedistas del siglo XVIII, Balder es esencialmente polifacético, como ha demostrado su carrera, y proyecta esta visión como productor intelectual, a riesgo de ser malentendido por el lector desconocedor.  
     Aquí se inicia la necesidad del lector ideal, preparado para actualizar la gran variedad de elementos «no escritos» en la superficie del Conflicto Heroico -eje central de la teoría balderiana- por medio de ciertos desplazamientos activos y conscientes encaminados tanto a la actualización de correferencias, como a operaciones extensionales y trabajo de inferencia. Confirmaciones  que nos llevan en su conjunto a definir Conflicto y Lector: el conflicto está salpicado de salas intelectuales, aisladas voluntariamente entre la acción teatral. Ya solo partiendo de la base en que cambia el narrador en primera persona, implicado, para convertirse en una memoria omniscente que pone en juego la variabilidad de lo acontecido: a partir de ese momento, Angus de Metz, el protagonista intelectual de la Crónica por ser su redactor, ejerce la tiranía del pensamiento y de la memoria abstracta desde la cual ejercita la localización de todos los actos escénicos intelectuales en los que se basa la moralidad del texto, el conflicto religioso entre el Cristianismo y el Paganismo. Ante todo, porque un conflicto es un mecanismo en proceso que vive de la plusvalía de sentido que el destinatario introduce en él y sólo en casos de extrema pedantería o de extrema ofuscación didáctica el conflicto se complicaría con redundancias y repeticiones y ecos posteriores. Y ante todo es debido a que, a medida que oscila entre la función didáctica y la función estética, un conflicto quiere dejar al lector la iniciativa para interpretar, aunque normalmente desea ser entendido con un margen suficiente de univocidad. El Conflicto quiere que alguien lo ayude a accionarse. Es un conflicto, por lo tanto, que enuncia a su destinatario como condición indispensable no sólo de su propia potencia de juicio concreta, sino también de la propia capacidad de significación. En otras palabras, el conflicto balderiano se produce para que alguien lo accione, lo ponga en marcha, de ahí la necesidad de la intertextualidad introducida por el pensador; cuando se espera (o se desea) que ese alguien exista concreta y empíricamente en la actualidad de la lectura, la actualización del conflicto es la necesidad verdadera y absoluta del texto balderiano.

“(…) el conflicto balderiano se produce
para que alguien lo accione,
de ahí la necesidad de la intertextualidad
introducida por el pensador”

      Para el autor de la Teoría de los Héroes, la exposición del conflicto no es ajena a la expansión del mismo mediante los diversos planos de las líneas elementales que exponen, en definitiva, las dimensiones y el alcance del mismo, amplificadas a lo largo de las lineas intertextuales que inspiran o provocan el pensamiento crítico del autor, pero esperando su eco en la actualidad real del lector. A la Crónica de Widukind sólo le falta la publicación de su tercer y último eslabón para cerrar el ciclo, lo que esperaremos con impaciencia quienes hemos disfrutado de los dos primeros episodios.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Little Spain โลกเล็กในแมนฮัตตัน // Report at the The Bankgkok News, Thailand, about Artur Balder first documentary film

เวลาดูหนังอเมริกัน ส่วนใหญ่เรามักเห็นเรื่องราวของชาวยุโรปอพยพ บ้างเป็นไอริช บ้างเป็นดัทช์ เยอรมัน และบ้างก็เป็นอิตาเลียน


แต่น้อยคราวนักที่จะมีเรื่องราวของ "สแปเนียร์ด" หรือชาวสเปนให้ได้รับรู้กัน

ทั้งที่ ภาษาสเปนก็ใช้กันอย่างแพร่หลาย เป็นอันดับสองรองจากภาษาอังกฤษด้วยซ้ำ

แต่อย่างที่ทราบ มันเป็นภาษาที่ติดตัวมาจากพลเมืองฮิสปานิคที่มีรากฐานเดิมมาจากประเทศทางแถบ ลาตินอเมริกา อย่าง เม็กซิโก, คิวบา, เปอร์โตริโก ฯ เสียมากกว่า

ความจริงมีอยู่ว่า บนเกาะแมนฮัตตัน ใจกลางมหานครนิวยอร์ก ที่มีผู้คนทุกเผ่าพันธุ์จากทั่วทุกสารทิศอาศัยอยู่ ไม่เพียงมีชุมชนชาวอิตาเลียนที่เรียกกันว่า "ลิตเติล อิตาลี" หรือชุมชนชาวจีนล้งเล้งอย่าง "ไชน่า ทาวน์" เท่านั้น แต่ยังมี "ลิตเติล สเปน" หรือที่คนในท้องถิ่นพึงใจจะเรียกอย่างถนัดปากว่า "กาเยีย กาโตรเซ" (Calle Catorce) รวมอยู่ด้วย

แต่เอาเข้าจริงๆ กลับไม่เป็นที่รู้จักรับรู้กันเท่าที่ควร

เมื่อเร็วๆ นี้ อาร์เทอร์ บาลเดอร์ (Artur Balder) ซึ่งเป็นทั้งนักเขียนและผู้กำกับหนังชาวสเปน เพิ่งนำสารคดีในชื่อ "Little Spain" ออกฉาย โดยเขาเดินทางเข้าไปเจาะลึกยังชุมชนชาวสเปนที่ลงหลักปักฐานในนครนิวยอร์กมา ตั้งแต่คริสศตวรรษที่ 19 และมีการตั้งบ้านเรือนธุรกิจร้านค้าอยู่ใกล้ชิดกัน ในย่านถนนสายที่ 14 ช่วงระหว่างเซเวนธ์แอฟเวอนู กับ เอชต์ธแอฟเวอนู ในพื้นที่ที่เรียกกันว่า "ลาวเออร์ แมนฮัตตัน" นั่นเอง

อาร์เทอร์ สืบสาวเรื่องราวไปยังชุมชนชาวสเปน (Spanish Benevolent Society) ที่ก่อตั้งมาตั้งแต่ปี ค.ศ.1868 และยังดำรงสภาพของความเป็นชมรมเอาไว้ตราบจนปัจจุบัน

ณ ที่แห่งนี้ ที่ชาวสเปนรุ่นก่อนเรียกอย่างภาคภูมิใจว่า "ลา นาซิอองนาล คลับ" (La Nacional club) เป็นสถานที่เก็บหลักฐานความทรงจำเก่าแก่เอาไว้มากมาย และถือเป็นวัตถุดิบชั้นดีสำหรับการบอกเล่าถึงเรื่องราวความเป็นไปของชาวสเปน ในสังคมสหรัฐอเมริกา นับตั้งแต่การอพยพย้ายถิ่นฐาน การอพยพครั้งใหญ่ในปี 1898 หลังจากอาณาจักรสเปนสูญเสียคิวบาไป จนถึงยุคทองอันรุ่งเรืองของชาวสเปนในย่านนี้ ภายหลังยุคสงครามกลางเมืองสเปน (1936-1939) กระทั่งถึงช่วงเวลาแห่งความตกต่ำในทศวรรษ 1980-90s

หนังยังบอกเล่าถึงความเข้มแข็งของชุมชน ผ่านวันหยุดของชาวสเปน หรือที่รู้จักกันในชื่อ St. James Day (Santiago Apostol) ที่ดำเนินมาจนถึงทศวรรษ 90s ก่อนจะสิ้นสุดลง อย่างไรก็ดี บนถนนสายที่ 14 ยังมีกลิ่นอายสแปนิชหลงเหลืออยู่พอสมควร แม้จะมี "คลื่นแทรก" จากวัฒนธรรมอื่นปรากฏเข้ามาตามวิถีทางของโลกสมัยใหม่

กลิ่นอายเก่าๆ คงไว้ให้เห็น ตั้งแต่โบสถ์โรมันคาทอลิก Our Lady of Guadalupe at St. Bernard ที่สร้างในคริสต์ศตวรรษที่ 19 หรือจะเป็นร้านอาหารสเปนขึ้นชื่อ อย่าง El Coru?a, La Bilbaina , Cafe Madrid ขณะที่ร้านอาหารเก่าแก่ El Faro ที่เปิดบริการมาตั้งแต่ปี 1927 ได้ย้ายไปอยู่ในย่านกรีนิชแล้ว

นอกเหนือจากนั้น ยังมีร้านหนังสือภาษาสเปน และร้านเสื้อผ้าอีกจำนวนหนึ่ง ซึ่งในจำนวนนี้ รวมถึงร้านเครื่องแต่งกายชื่อดังอย่าง The Iberia

ไม่เพียงหนังสารคดีเรื่องนี้ ที่เพิ่งสร้างขึ้นในปี 2010-11 เพื่อเผยให้โลกเห็นมุมเล็กๆ บนเกาะแมนฮัตตัน ย้อนหลังไปเกือบ 50 ปีก่อน มีนักแซ็กโซโฟนคนหนึ่งชื่อ คลิฟฟอร์ด จอร์แดน แต่งเพลงชื่อ Little Spain บนจังหวะวอลทซ์ บรรจุไว้ในอัลบั้ม Take Twelve ของนักทรัมเป็ต ลี มอร์แกน ที่ออกวางขายในปี 1962

ทุกวันนี้ Take Twelve ได้รับการยกย่องให้เป็นอัลบั้มระดับยอดเยี่ยมของนักทรัมเป็ตผู้มีสำเนียงการ บรรเลงจัดจ้านร้อนแรงคนนี้ โดยได้เพื่อนนักดนตรีอีก 4 คนสมทบในการบรรเลง คือ คลิฟฟอร์ด - แซ็กโซโฟน, แบร์รี แฮร์ริส - เปียโน, บ๊อบ แคนชอว์ - เบส และ หลุยส์ เฮย์ส - กลอง มาสานฝันอย่างสมบูรณ์

ไม่มีบันทึกชัดเจนว่า คลิฟฟอร์ด ได้แรงบันดาลใจมาจากไหน แต่เชื่อแน่ว่าด้วยการใช้ชีวิตอยู่ในนิวยอร์ก ซิตี ตัวของนักแต่งเพลงคนนี้น่าจะรู้จักพื้นที่ "ลิตเติล สเปน" อยู่บ้าง และนำประสบการณ์จากการคลุกคลีหรือใช้ชีวิตมาเป็นวัตถุดิบสำหรับการสร้างงาน ดนตรีในที่สุด



Place : Little Spain
Song : Little Spain
Composer : Clifford Jordan
Artists : Lee Morgan , Andrew Hill
Movie : Little Spain
Director : Artur Balder
City : Manhattan , New York City